Charlamos con el director Alex Pina sobre su nueva película, Kamikaze, que distribuye Warner Bros. España.
Álex Pina se inicia en la dirección con Kamikaze, largometraje en donde reúne a grandes caras del cine español para forjar una fábula con un terrorista como personaje. El drama, la acción y el frío de la nieve se enfrentan al calor de la historia y de unos personajes rebosantes de candidez humana y supervivencia.
Pregunta: ¿Cómo definirías Kamikaze?
Respuesta: Ufff, yo diría que es un canto a la vida, eso es lo que hemos intentado: un llamamiento a la no claudicación, en estos tiempos que corren de crisis en donde hay que sobrevivir, es una llamada a la resistencia, y también a las segundas oportunidades.
P: Hay muchos géneros dentro de la cinta ¿Cómo llevaste esa mezcla?
R: Eso se lleva muy mala, jeje. Cuando llevábamos las primeras fases del guion, lo quisimos hacer en tono comedia; se habían contado muchas historias de terroristas que se inmolan en drama o thriller, y queríamos contar sensaciones feel-good, mullida, y para ello optamos por un personaje que fuera un terrorista suicida pero empático, que tuviera un gran arco de transformación y que al final cayera ben a la gente, que fuera un ser tierno. Era complicado convencer a los productores y a los distribuidores, pero así lo hicimos, tuvieron fe en nosotros y así se ha hecho. En inherente que haya thriller cuando tenemos a un tío con bombas que va a matar a gente, pero hay personajes cómicos y hay una buddy movie con el rol que hace Eduardo Blanco, también una comedia romántica y mucha acción. Metimos todo eso en la túrmix y luego fue complicado agarrar el tono y que homogénea. Creíamos que ese híbrido sería más fácil de digerir para el espectador. Es un tema contemporáneo, y queríamos una fábula no algo tan social.
P: ¿Lo viste como un reto entonces?
R: Más bien creo que fue un acto de inconsciencia extrema, pero sí, desde luego. Uno no sabe dónde se está metiendo y realmente fue muy complicada desde el punto de vista técnico. Asumir que esta va a ser tu primera película tenía un poco de locura, o inconsciencia, pero no sé muy bien cómo definirlo.
P: La historia tiene un personaje principal, que es el personaje de Alex García, pero es muy coral. Esto está muy marcado ¿Lo deseabais así desde el principio?
R: Sí claro, Slatan es un chico de Karadjistan que se encuentra con un grupo de españoles, en el avión que él quiere hacer volar por los aires y necesitábamos tener un personaje arropado por una serie de personajes que tuvieran una serie de problemas para estar también condenados, como él, con rasgos de perdedores, y mucho drama encima. El personaje de Carmen Machi es una mujer que ha sufrido mucho pero que a fin de cuentas, lleva el drama con una épica de superviviente extrema, e importante. Todos ellos son espejos en el que se mira Slatan y participan en su transformación, así que la relevancia de ellos debía ser marcada así.
P: A la hora de dirigir, ¿cómo te gusta llevar a los actores?
R: Hemos tenido muchos ensayos, hay una parte en preproducción donde hemos ensayado muchísimo y ellos han aportado sus ideas; hemos tenido debates de por dónde llevar tal o cual secuencia. Carmen Machi o Eduardo Blanco aportaron mucho, y Alex (García) estaba volcado y entregado al papel, se fue de hecho a Rusia a entrenar con dos coach el papel, etc. han estado aportando mucho y hemos ido construyendo los personajes. Es un trabajo previo de seis meses enorme y por tanto a la hora de rodar teníamos mucho adelantado.
P: ¿Tienes pensado ahora futuros proyectos más calmados después de esto?
R: Bueno de hecho, empiezan a surgir ideas para nuevos proyectos, son cosas más sencillitas, y sí, por razones obvias. Esto se nos fue de las manos, así que sí, toca hacer una película pequeña.
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