El director canadiense Denis Villeneuve ha presentado en San Sebastián la película Enemy, que cuenta con Jake Gyllenhaal como protagonista y con Sarah Gadon y Melánie Laurent como secundarias. El actor interpreta a Adam, un profesor de universidad con una rutinaria vida que da un vuelco cuando descubre a Anthony, un actor que es exactamente igual a él.

Denis Villeneuve se ha inspirado en la obra El Doble, de José Saramago para llevar a cabo este «proyecto entre amigos«, como él mismo define la película.

El realizador se ha caracterizado por un cine intimista, fuera de las superproducciones hollywoodienses, a excepción de Prisoners, de nuevo con Gyllenhaal y Hugh Jackman como protagonistas. Desarrolló estos trabajos a la vez, pero Enemy «es una película lúdica«. «Es difícil hacer un tipo de trabajo así en Hollywood, donde todo está más controlado. Sin embargo, esta película es un proyecto más personal. Quería aproximarme en mi carrera a esa línea de trabajos, puede ser egoísta, pretencioso, no lo sé… pero para mí este estilo es más placentero«.

El verdadero significado

«Esta cinta es para un público restringido, soy muy consciente de que a muchos no les gustará, pero el cine es un acto de expresión y comunicación. He intentado seguir siempre esta línea en mi trabajo. Hay películas que plantean más preguntas que respuestas, y son las que me interesan como cineasta. Por poner un ejemplo, me apasiona 2001: Una Odisea en el Espacio, me encanta esa sensación de puertas abriéndose, dando un significado al misterio. Las películas que realmente me fascinan son las que me han hecho pensar mucho sobre los detalles, y en 2001:… hay muchos elementos que todavía hoy estoy intentando entender. Enemy es de esas películas que, con tanto significado que encierra, hay que verla varias veces para concebir su esencia«.

Villeneuve se muestra un poco más parco en palabras a la hora de hablar del mensaje final de su largometraje. «Me gusta que el público tenga su propia visión; el cine a veces es como la poesía, si te la explican tiene menos impacto en la persona; no hay que entender la interpretación de otro, la imaginación debe volar libre, igual que el público. En una película es incluso más sencillo porque las imágenes son más poderosas, son una herramienta perfecta para llegar a la mente del espectador más rápidamente«.

Fan de Saramago

«Me apasiona Saramago, pero quería distanciarme. Javier Gullón –el guionista– y yo estuvimos sin él. No me gustaba el título de Double, y tras varios brainstormings pensamos que Enemy era un buen título«.

«En el libro la idea que me gustaba es que había dos personajes y quisimos crear la confusión con los dos, manteniendo esa ambigüedad que Saramago también creó. Él describía una ciudad más contaminada, muy poblada, nublada, e intentamos buscar ese estilo en las zonas que grabamos de Toronto. En la película puse empeño además en mostrar la sensación de vértigo«.

Un homenaje a los grandes

La película, también recoge pequeños homenajes de varios maestros, tan dispares como David Lynch o a Alfred Hitchcock. «Hoy en día es difícil hacer una película novedosa. La película se podría considerar como un guiño a todos estos maestros. No es casualidad lo de las dos actrices rubias«, señala Villeneuve refiriéndose al rasgo cinematográfico del maestro del suspense. Incluso también a Dead Gringers, de David Cronenberg, «Es una de las que más me ha traumatizado«, asegura. También muchos recordarán al Robert de Niro de Taxi Driver en su memorable momento frente al espejo. Villeneuve afirma respecto a esta semejanza que «cuando pones a un actor a improvisar frente a un espejo da mucho más juego de lo que se cree. Es una inspiración clara, desde luego, pero es que hay muchas influencias. Hoy en día es difícil hacer una película virgen«.

Experimentando con la película

«Esta película era como un laboratorio, quería investigar, quería probar, y proyectar ese ambiente de trabajo, sobre todo con la buena relación que tenía con los actores. La preparación con el actor siempre es maravillosa, el compartir momentos importantes con él, hablar de cine, de interpretación… Es mejor que ponerle enfrente de una cámara y a rodar mecánicamente».

«El guión era muy preciso, las imágenes también, pero sentía que los personajes debían ser profundizados por los actores. Me gusta tomar riesgos, y me gusta ese pulso del actor ante la cámara. A Jake le encantaba esa idea. Tomamos 30, 40 tomas, de él perdiendo el control, y que fuera cada vez más profundo. Para mí –argumentaba Villeneuve–, la película es un documental sobre cómo poner a Jake en diferentes contextos. Profundizamos en su subconsciente, en sus relaciones con las mujeres, en situaciones narcisistas, etc«.

«También hubo tiempo para investigar otros detalles, como hablar con el director artístico, montadores, o la música, que juega con las sensaciones del espectador durante toda la película. La banda sonora es crucial; en mis anteriores trabajos apenas hay piezas musicales y en Enemy, hay demasiadas y muy específica. Durante el montaje estuvimos buscando diferentes piezas para crear tensión y borrar la realidad por medio de la música«.

«Nos pusimos en contacto con Jonny Greenwood de Radiohead, y antes con Alberto Iglesias, pero no era posible debido a temas de agenda. Pero finalmente fue creada por dos músicos americanos a los escuché en un concierto y me encantó su directo. Les invité a participar en esta coproducción, y el resultado ha sido estupendo. La música es otro personaje en la cinta«.

Ante tal experimento, Villeneuve resume con una frase lo personal que es su trabajo: «La belleza del cine es crear, y Enemy era el proyecto perfecto para ello«.