Ha hecho papeles de los más diversos: poner acento español, roles de época, dramas desoladores,… Normal que cuando Damián Szifron le llamó para formar parte de sus Relatos Salvajes, no tuvo ninguna duda en involucrarse en tan maravillosa jauría. Leonardo Sbaraglia lleva un ritmo trepidante con rodajes, viajes y promoción de por medio, pero atiende a los periodistas siempre con una sonrisa. No dice más que maravillas de Relatos Salvajes, y su director. No es para menos, la cinta está siendo un éxito allá donde va.
P: ¿Para ti cuál es el punto fuerte de Relatos Salvajes?
R: Es una película muy sólida y está hecha por un director que sabe cómo hacer su trabajo. Creo que Damián está con muchas historias siempre. Es el creador de la serie Los simuladores, de Tiempo de valientes, y siempre fue una persona con un concepto claro y una mirada muy precisa de la realidad. Es un director que tiene un gran entendimiento en relación al público, como muy particular y muy transparente; va construyendo las historias teniendo muy en cuenta al público. De hecho durante el rodaje, nos dirigía como ya lo tuviera delante. Hay otros directores que crean y conciben el cine de manera más hermética al espectador. Damián es un fan del cine como gran espectáculo, y la película tiene mucho de eso. Se narran contenidos que para él no son en absoluto especulativos ni provocativos. Son cosas en las que cree. Tiene todo un pensamiento en relación al mundo en el que vive.
Transmite estos seis relatos tejiendo un prisma, y con una mirada relacionada al mundo que nos rodea, y muy precisa. Él muestra el mundo que nos encierra, que tiene cosas maravillosas, pero que el sistema en el cual vivimos nos tiene sometidos y aplastados y no genera bastante violencia. Ese es el clima general por donde trasunta la película. Un clima que tiene que ver son seres humanos que están en un circuito de sometimiento, y ese mismo circuito genera violencia. La película plantea es una punta de lanza de situaciones que a través del humor va transmitiendo esa sensación.
P: ¿La crítica social crees que entra mejor con humor, como es este caso?
R: No hay solamente una manera; uno puede ver una película de Lars Von Trier o de Haneke o de Ken Loach, y por supuesto se está transmitiendo una mirada sobre el mundo y sobre las relaciones de éste. El cine de Damián tiene una mirada con distancia y con humor, ese es su estilo. Lo compararon muchas veces con algo que tiene que ver con el mundo de Tarantino en relación al nivel de violencia, distancia y humor al mismo tiempo de manejar. Es cierto que tiene mucha inteligencia en contarlos, porque la gente queda atrapada de los relatos y a la vez queda vibrando como un resabio y un fondo de mucha movilización interna. Al mismo tiempo la gente sale golpeada, sale pensando, movilizada en el mejor sentido de la palabra.
P: ¿Se la recomendarías a alguien en específico?
R: Creo que toca a todos. Me parece que es una película que toca algo medio existencial, en el sentido de que pone al ser humano en un punto donde estamos parados como sociedad. Y como una sociedad bastante elemental a nivel humano. Hay una frase que me gusta que es definitoria de lo que es esto»El ser humano no nace humano«: pertenecemos al reino animal y va aprendiendo a ser humano. Algunos aprenden más que otros. Pero es un aprendizaje constante, que tiene que ver con las miles de relaciones que el ser humano va entretejiendo, y probablemente estamos en un estadio de humanidad bastante básico. Podríamos aspirar a ser mucho más humanos, quizás en cien años probablemente los seamos más y tengamos una sensibilidad en relación al mundo que nos rodea, a las otras personas, etc.
P: Tu relato concretamente deambula entre el odio y el amor. No es puramente ira…
R: Es pasional, en el sentido que a los dos personajes se les puso roja la mirada y dejaron de ver el mundo racional. Lo difícil que teníamos como actores era ir haciendo verosímil ese paso entre una mirada más racional e ir pasando a la locura. Eran transiciones escalonadas hacia la violencia.
P: ¿Y no te han entrado ganas de hacer una road-movie?
R: No, pero me encantaría (ríe). Creo que cuando alguien encuentra alguien como Damián, dan ganas de hacer muchas cosas con él. Sobre todo porque rueda “de puta madre”, como decís aquí en España. Creo que con cualquier cineasta que tenga una mirada tan personal como la que tiene sobre el mundo, es muy lindo poder hacer cosas juntos, lo que sea.
P: O al contrario, igual te apetece hacer algo más tranquilo…
R: He estado haciendo cosas más tranquilas tras Relatos. Son películas que acá no han llegado, pero sí he hecho varias pelis en Argentina que son más intimistas y actores, cosas que agradezco mucho también. He hecho Aire libre que me encanta, que pasó por San Sebastián. En Argentina funcionó bastante bien para lo que es este tipo de película. Aquí según los comentarios que escuché no se entendió del todo, pero creo que es una película maravillosa: hace un retrato sobre la pareja, sobre el amor y el desamor, muchas cosas que no son un misterio dentro de la pareja. Relatos en cambio es una peli hacia el público muy agradecida.
P: Cuando rodabais no sabíais lo que estaban haciendo los demás, ¿Te hubiera gustado protagonizar alguno de los otros?
R: No, leyendo nuestra historia era quizás la menos desarrollada desde el guion. La que tenía menos pistas de cómo se debía hacer, pero en nuestro cine hispanoamericano tenemos muchas referencias de ese tipo de historias. No teníamos muchas ideas. La historia del chico que atropella me atrajo mucho cuando la leí. Pero Damián quería que yo hiciese la de El más fuerte, y cuando un director o ve tan claro, hay que agradecerlo.
P: La temática de Relatos es que «Se acabó poner la otra mejilla«. A ti en tu trabajo como actor, ¿No te han dado ganas de explotar alguna vez?
R: Todo el tiempo, por eso la película funciona tan bien, porque son sensaciones muy reconocibles en el día a día. Entiendo muy bien el código de lo que pasa en Argentina, por las coas que se escriben. La película va remitiendo a la cotidianeidad de la gente. Y por supuesto, uno no es inmune a eso. Todo el tiempo están presentes las ganas de pasar esa delgada línea roja que divide la civilización de la barbarie. Pero estamos dentro de un contrato social, y hay que respetarlo. Pero sí que a veces, de manera humana, hay que revelarse frente a muchas cosas.
P: Tu historia se llama El más fuerte, es un título muy metafórico ¿Quién son ahora los más fuertes?
R: Es cierto eso que comentas. En la película todo el rato está presente es choque social. En el segundo relato, hay un hombre que ha maltratado a un pueblo y ha hecho tanas cosas horribles desde el lugar social que ocupa. En la historia del atropello, uno saca en conclusión que los van a la cárcel y los que pagan los platos rotos del sistema son los pobres y no la gente rica. La historia nuestra de alguna manera también, porque son dos personas pertenecientes a clases sociales diferentes. Parte de un punto de vista con más sensibilidad social, con un tipo que está harto de que pijos como éste le pasen la vida por encima y por eso actúa así; el otro también empieza a agredirlo de manera prejuzgada con eso que le dice: «Sos un negro resentido. Si no fueras un negro resentido, podrías ascender«. Hay mucho significado en esa frase. Pero claro, luego pasan a un largo más primal, que tiene que ver con el orgullo, con quien la tiene más larga, y es interesante la reflexión.
P: El éxito de Relatos Salvajes es arrollador ¿Crees que a Damián le sienta bien el Oscar?
R: (ríe) Yo creo que le queda «rebien»; está preparado para todo ese hombre. Tiene todas las posibilidades y el futuro por delante. Tiene mucha cabeza, es muy buena persona y muy sensible, con un gran talento, una gran capacidad. De hecho creo que tiene cuatro guiones en la cartera, uno mejor que el otro. Y la película tiene todo, si no es el Oscar, ojalá poder estar entre las cinco nominadas a película extranjera. Esta comprada por Sony Classic una distribuidora que te compara una o dos películas extrajeras al año, esto implica por parte de ellos una promoción muy fuerte. Está vendida por todo el mundo, y donde va golpea y está funcionando. Aquí creo que ya ha llegado a los primeros puestos de taquilla y creo que el boca a boca está funcionando genial. En Argentina marcó un récord histórico de público… Es una película de las que te tocan quizás una vez en la vida.
Fotos: DANIEL LOBATO
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