Y es que Santiago Segura nos vuelve a vender su personaje más famoso y, como locos, los espectadores volverán a llenar las salas por el morbo de ver a los famosetes, por el humor escatológico que tanto gusta en este país o, simplemente, por la risa que produce un personaje tan sumamente despreciable como José Luis Torrente.
La historia:
Tras llegar a lo más alto, tras nadar en dinero, tras ser condecorado… Torrente (Santiago Segura) cae a lo más bajo por culpa de una serie de fallos encadenados y de tocar las narices a quien no debía. Pero todo esto puede cambiar si le sale bien un trabajito que le encarga un tal Ramírez (Enrique Villén)
Una historia que los detractores de Torrente odiarán por ser «más de lo mismo» y que los fans adorarán por idénticos motivos. Pero que, si nos olvidamos un poco de las anteriores, peca únicamente de tardar bastante en cuajar para hallar la trama que le dé sentido. Se podría decir que la primera parte es una película de un Mr. Bean chabacano y la segunda es Torrente 4.
Los actores:
Tal es el caso de Kiko Rivera (Julito ‘Ring Ring’), que llegaba después de hacer sus pinitos como monologuista y haber rehusado participar en la tercera parte de la saga, nos sorprende con una interpretación muy humana y, para que engañarnos, desternillante.
Otro actor que sorprende muy positivamente (por lo menos para aquellos que no lo hayan visto en El Internado) es Yon González (como el convicto Peralta), que le hace un guiño magistral a Bruce Lee, para luego dejar claro que no es más que un pobre desgraciado encerrado por violento. Habrá que seguir con atención la carrera de este chaval, que ya debutó en Mentiras y Gordas y que a sus 24 años todavía tiene por delante toda una vida interpretativa.
Por último, tenemos a un elenco que va desde grandes del cine español, como el entrañable Tony Leblanc, a reclamos publicitarios (María Lapiedra, Belén Esteban…) pasando por cameos de personalidades de todo el panorama social (y futbolero) español y gente como Barragán o José Mota, que ya le cogieron gusto a salir en estas películas y no saben decirle que no a Segura.
El director:
¿Qué decir de Santiago Segura que no se haya dicho ya? Capaz de hacer oro con una montaña de excrementos, este rey Midas de la caspa es para un servidor como Cervantes, que pretendiendo hacer una burla a las novelas de caballerías creó la mejor novela de caballerías que jamás haya escrito nadie. Segura, pretendiendo reírse del prototipo español rancio y desagradable, le hace una Oda a la Caspa que hace reír a más de un rancio y es entendida como lo que verdaderamente es por el resto.
En resumen:
Triunfará en taquilla porque si en algo es bueno Segura es vendiendo su producto. Triunfará porque sus fans son acérrimos y muchos. Y para los que, como yo, sientan arcadas con según qué cosas, será un triunfo tolerado pero no compartido.
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