Apadrinado por la empresa de software Panda Security, Nacho Vigalondo ha presentado en la Academia de Cine las primeras imágenes de su nueva película, Open Windows. Un thriller protagonizado por Elijah Wood, Sasha Grey y Neil Maskell que transcurre en primera persona, en tiempo real, en múltiples formatos y desde múltiples dispositivos.
Con el cibercrimen como telón de fondo, Elijah Wood tendrá que encontrar a través de Internet el paradero de una actriz (Sasha Grey) que ha sido secuestrada por un tipo obsesionado con ella. Como reflejo de la cada vez mayor importancia de la movilidad y de la necesidad de inmediatez en el acceso a Internet, el espectador verá la historia a través de la pantalla de un ordenador portátil conectado a Internet.
Durante la presentación, Nacho Vigalondo aprovechó para hablar sobre el proceso de edición y dar algunas claves sobre la película:
«La inspiración ha venido de casos que han saltado a la prensa acerca de gente que ha utilizado la capacidad para acceder a otras personas vía webcam para extorsionarla. Todos tenemos en mente casos de robos de fotografías o difusión de material íntimo que han tenido una gran repercusión en la vida pública, llegando a los titulares. Me inspirado en casos muy populares que incluso iban surgiendo a medida que íbamos desarrollando la película«.
«Donde sí que me he visto empujado a inspirarme es en la mecánica real. Cuando haces una película todo tiene que ser cinético, todo tiene que ser visual. Todo tiene que ser disfrutable incluso para las personas que no sepan lo que es un sistema operativo. Por ello la mecánica está muy fantaseada, por el salto de lógica necesario para que la película sea disfrutable a un nivel muy básico. Pero sí, todo lo que sucede tiene un poso real«.
«Hay un término que me gusta mucho utilizar que es el de que la película transcurre cinco minutos en el futuro. Sin que sea la película futurista sí que te da una carta blanca para imaginar una tecnología que lo haga todo más dinámico en pantalla«.
«Tenemos varios programas abiertos a la vez y tenemos que dividir nuestra atención en varias ventanas que están abiertas de forma simultánea. Es el gran reto de la película y la gran dificultad. Si la película va a durar unos 90 minutos, creo que el total de vídeo en pantalla –ahora mismo– es de ocho horas. Es una película comprimida, en cierta manera son varias películas en una. Y esto crea mucho reto, que la propia película fluya durante esos 90 minutos sin que la información sea apabullante o sin que en ningún momento creemos una confusión porque el espectador no sepa hacia donde mirar«.
«Durante toda la película no hay un solo corte. Nos movemos de una ventana a otra pero no hay un corte, no hay una elipsis; es casi una corriente que fluye sin parar. Lo que también nos obliga a hacer una película que sea muy dinámica y muy divertida, que es lo que intentamos. Es un reto tras otro«.
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