Yaga: La chica serpiente

Yaga. La chica serpiente: El mundo me hizo así

Yaga: La chica serptienteReimaginar la vida de los villanos de cuento para humanizarles, explicar de dónde viene su maldad o, incluso, defender que ellos son las víctimas, se ha convertido en una constante en los últimos años; sobre todo desde que Disney emperezara a reinterpretar algunos de sus clásicos en imagen real (ahí están los ejemplos de Maléfica y Cruella). Pero el cine no es una excepción y en el cómic también aparece como un filón para acudir a personajes y fábulas de sobra conocidas pero dándoles una apariencia de frescura y novedad.

 

«¡Ahora solo queda Yaga!«

 

Antoine Ozaman y Pedro Rodríguez hacen justo esto con Baba Yaga, personaje recurrente de la mitología eslava. Los autores tejen un relato que juega a imaginar los orígenes de la bruja, al tiempo que explican (o justifican) su naturaleza aterradora. Ya podéis imaginar por donde van los tiros: «El mundo me ha hecho así». Svetlana (así es como la bautizan) es una niña alegre, pero firme y resuelta en todo lo que hace (hasta el punto de que llega a parecer una mujer madura en el cuerpo de una prepuber); pero con la mala suerte atenazándola en cada etapa de su agitada vida.

 

Ozaman y Rodríguez crean una cronología que va saltando entre diferentes momentos, deteniéndose en aquellos que definirán la vida de Svetlana y su transformación en Baba Yaga. Desde sus primeros duelos al conocimiento del amor o la crueldad de la guerra. Todas estas experiencias irán modelando a la mítica figura de los cuentos populares que todos conocemos. Este enfoque permite que la lectura se haga bastante amena, siempre están sucediendo cosas ante nosotros. Sin embargo se profundiza poco en el poso emocional que todas estas vivencias tienen en la protagonista. Sí, de un capítulo a otro vemos cómo ha cambiado, pero más por el paso de los años que por las consecuencias de lo vivido. Lo que vemos son el conjunto de fotografías de una vida. Momentos. Pero no lo que hay entre unos y otros. ¿Esto que supone? Que por más que se nos presente a Yaga como una víctima de las circunstancias, no terminamos de empatizar del todo con ella; es un personaje que resulta ciertamente distante.

 

Yaga: La chica serpiente

 

No ayuda en absoluto que el argumento sea tan predecible. En esta humanización de Baba Yaga no hay un intento de ofrecer algo diferente, algo que se salga de la norma. Los autores conocen la fórmula a seguir y no se salen de ella. El único aliciente, pues, es descubrir qué tragedia es la que convierte a la inocente Svetlana en la temible bruja. Y para eso hay opciones mucho más apetecibles en la fantasía de corte medieval.

 

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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