El Asombroso Spiderman

El Asombroso Spiderman #18-19 (#227-228): Otto, Otto

El Asombroso SpidermanZeb Wells pasa página e inicia nuevo arco en El Asombroso Spiderman. Los números #18 y #19 de la edición publicada por Panini Cómics recogen la aventura completa que supone el regreso de Otto Octavius a la vida de Peter Parker (y de Norman Osborn), quizás con la vista puesta en Superior Spiderman de Dan Slott.

 

«¡Sabía que tenías un corazón escondido ahí debajo!»

 

Y esto no puede resultar más curioso si atendemos a la forma de comportarse de Parker en estas páginas en relación a los acontecimientos de la minisersie Spiderman de Slott. En aquella conocimos a Spider-Boy y el guionista discurrió mucho sobre la pertinencia o no de que Spiderman -con su exagerado sentido de la responsabilidad- acogiera a un niño bajo su tutela. (Suponiendo que ambas cabeceras coexisten en el tiempo) uno lee «Armado y peligroso» de Zeb Wells y lo último que se imagina es que Peter esté de acuerdo en que un niño que apenas levanta un palmo del suelo vaya a poner su vida en peligro, por más súper poderes que tenga. Pero así están las cosas. Por un lado el cadáver de Kamala está caliente (aunque su resurrección mutante no se va a hacer esperar), y por otro hay un chaval de diez u once años jugándose la vida cual Robin con el beneplácito del trepamuros original. ¿Poca coordinación o comunicación en la oficina arácnida? A saber.

 

El caso es que Wells nos trae de vuelta a un Octopus que apenas recuerda ya al antihéroe en que Slott lo convirtió y que es prácticamente un back to basics del villano primigenio. Pero ahí está parte de la gracia de este arco y que a su vez sirve para que el escritor justifique su trabajo redentor de Norman Osborn. El odio actual de Otto viene precisamente por la oportunidad perdida. Saboreó las mieles de la redención, pero entre unos y otros se encargaron de que no completara el recorrido y volviera a lo que siempre fue. Por el camino, además, se perdieron multitud de tramas y personajes, como si el camino andado nunca se hubiera dado. Ya sabéis, la cosa de los ciclos en el cómic de superhéroes. Nada es permanente y los cambios tienden a destruirse y enterrarse.

 

El Asombroso Spiderman

 

La sensación, pues, es agridulce. Por un lado tenemos otro manido conflicto cargado de odios irracionales sin más justificación que la de permitir lucirse al dibujante de turno (Ed McGuinness es el gran beneficiado… y los aficionados con él), y por otro resuenan ecos de etapas más gloriosas… que podrían sonar a falsas esperanzas, como ya sucedió con todo aquello de Mefisto y el no arreglo del «mefistazo». Entre medias aparece un Jonah Jameson que es otra sombra de lo que fue en su día (ahí nos queda el consuelo de su rol en Seda), una Gata que ofrece brotes verdes sin terminar de entrar tampoco en la dinámica de la serie, y un Norman Osborn que por más que grite a los cuatro vientos que ha cambiado, sabemos que es algo efímero. La pregunta es hasta cuándo.

Acerca de Daniel Lobato

Avatar de Daniel Lobato

El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

Deja un comentario:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos relacionados