«He borrado todos los recuerdos traumáticos de tu muerte«
La Casa de las Ideas se ha tirado tantos meses preparándonos para la Masacre Mutante que, ahora que ya la veo por el retrovisor, me invade una especie de alivio y calma. Ya no hay que esperar lo peor, porque esto ya ha acontecido: ahora toca mirar hacia adelante, apretar los dientes y esforzarse por sobrevivir y tratar de devolverle el golpe a Orchis. Así, entre los mutantes que han sobrevivido y no han sido exiliados a Arakko o a vete tú a saber dónde surge una tenue resistencia que, en este primer número de la nueva etapa, tiene la cara de Kitty Pryde. La mutante fue dada de lado por los portales krakoanos por algún motivo que no nos ha sido aún desvelado desde tiempos de Amanecer de X. Ahora, sin embargo, desde que Orchis los ‘hackeó’ para impedir el paso de mutantes, la alumna de Xavier y de Lobezno ha comenzado a ser capaz de traspasarlos a voluntad, lo que la convierte en la mejor espía de una diezmada Patrulla-X.
Gerry Duggan se centra en este personaje para contarnos cómo, al igual que le ha ocurrido al Profesor X, la Masacre Mutante ha roto algo dentro de la heroína, a la que vemos sumergirse en una espiral de violencia salvaje muy similar a aquella que seguramente recordéis del Ojo de Halcón que encarnara Jeremy Renner en Avengers: Endgame (2019). Llena de dolor por los amigos perdidos y por su propia incapacidad, vemos a la protagonista de este número participar en una de las peleas más salvajes y descarnadas que se hayan dibujado nunca para el personaje, un recordatorio muy macabro de lo peligrosos que son sus poderes y lo mucho que se ha contenido siempre a la hora de usarlos contra los demás.
«Veo que el concubino de la reina nos recibe en su lugar«
Al tiempo que vemos a Gatasombra de aquí para allá, Duggan también termina de solidificar el fichaje de Kamala Khan por la franquicia mutante (dice la chica desconocer su poder mutante y sólo saber del inhumano… ¿y si Marvel piensa unificar los poderes de la vertiente cinematográfica y la comiquera con este truco?). Además, nos deja caer perlitas acerca del destino de algún mutante que pensábamos que estaba criando malvas y marca el inicio de un nuevo conflicto que, ojalá, no se cobre la víctima que Kate ha puesto en su punto de mira.
Como cruz de la entrega de este mes, las gentes de Panini tienen a bien engordar un poco más el número con la inclusión de Dark X-Men, una colección que va a escribir Steve Foxe (que ya estuvo por aquí hace siete números para profundizar sobre Estrella de Fuego) con arte de Jonas Scharf y Nelson Dániel (al menos en esta entrega). La serie recuerda levemente a los Infernales que tan buenos momentos nos dejaron allá por Reinado de X, pero carece de gran parte de su carisma en este primer acercamiento, por lo que no me queda claro hasta dónde alcanzará este aderezo a la serie principal de los hombres y mujeres X. En ella vamos a tener a Madelyne Pryor comandando a su propia encarnación de la Patrulla con un Alex Summers como mano derecha reducido a una especie de marioneta musculosa que obedece si rechistar a las locuras de la Reina Duende. Veremos lo que dura el experimento.
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