Los capítulos #32 y #33 de la serie El Asombroso Spiderman que publica Panini Cómics nos ofrecen sendas aventuras que vienen a funcionar como continuación de Restos Mortales, la saga con la que Nick Spencer ha buscado las cosquillas al trepamuros a través de Pariente, villano que ya sea desde las sombras o en primera línea ha copado buena parte de la atención del guionista en los últimos meses.

«Pariente no ha terminado«

Spencer sigue jugando con la paciencia del lector dilatando hasta el extremo sus planes. Julián Clemente ya nos advirtió en el spot on de El Asombroso Spiderman #31 que la saga en marcha no acababa allí, sino que seguiría vigente algunos meses aunque cambiando de título. Y así es, al menos en lo que respecta al doble capítulo incluido en El Asombroso Spiderman #32. Restos Mortales: Post Mortem no es sino un epílogo de lo que llevamos leyendo últimamente; pero un epílogo que cierra solo la pelea entre Pariente, Norman Osborn y Spidey. Las respuestas a cuestiones como el origen de los poderes de Pariente o -más importante- cuál es el pecado por el que que rendir cuentas Peter, no solo no se nos dan, sino que quedan aparcadas por un tiempo indeterminado. Quien vaya con las expectativas de conocer más, de que el argumento avance, se llevará una decepción. Spencer da vueltas a las motivaciones de Osborn, Kingpin o el propio Parker, pero más allá de pequeños detalles; la trama parece quedar en stand by.

Es más, en El Asombroso Spiderman #33 el foco de la acción vuelve a dividirse, a fin de avanzar en otros argumentos abiertos por el escritor en los últimos tiempos. Este es quizás uno de los problemas de los que está adoleciendo la actual etapa del trepamuros. Nick Spencer no para de abrir puertas y de exponer diferentes tramas, pero no cierra ninguna. Va saltado de una a otra como si fuera una abeja polinizadora. Enreda y enreda sin centrarse en ninguna. Y al final esto es contraproducente, pues agota al lector, cansado de promesas que no se cumplen y de aventuras que no sabe cuándo terminarán o hacia donde llevarán.

Este El Asombroso Spiderman #33 deja a Pariente en su prisión de «carbonita» y sigue explorando la redención temporal de Osborn (a estas alturas, sabemos que ni un cañonazo de Comepecados servirá para reconvertir al Duende en el padre o abuelo del año), retorna al Sr. Negativo (quien fuera una de las grandes aportaciones de Dan Slott a la galería de villanos arácnida) y a la tabilla ancestral, objeto de deseo de Kingpin, que Spidey y Bumerang están intentando recuperar y esconder del corrupto alcalde de Nueva York.

Estamos pues ante dos grapas que aportan más bien poco y rebajan las buenas sensaciones de los últimos números, cargando de argumentos a quienes tildan de irregular a la actual etapa del personaje -entre quienes nos incluimos.