«No hagas esto más incómodo de lo que es mintiéndome«

Llegamos al final de Patrulla-X Desunida, el arco argumental que ha pretendido acabar con los X-Men para poder hacerles renacer del mismo modo que Brian Michael Bendis hizo con los Vengadores hace ahora algo más de diez años (que se dice pronto). En aquella trama el ahora guionista de la Distinguida Competencia sumía de nuevo a Tony Stark en el alcoholismo, enfurecía a Hulka, derruía la mansión… sólo para que unos Nuevos Vengadores pudieran alzarse de las cenizas de los antiguos y grandes nuevas historias (Invasión Secreta, Reinado Oscuro, Civil War…) pudieran ser contadas. El equipo formado por Ed Brisson, Kelly Thompson y Matthew Rosenberg hace ahora algo similar (destrucción de la escuela incluida) de cara a que este otoño los mutantes vuelvan por la puerta grande, acompañados de un guionista de la talla de Jonathan Hickman.

Antes de eso queda por finiquitar la batalla de la Patrulla-X contra X-Man y sus acólitos. En el anterior número nos dejamos a los jóvenes mutantes encerrados en la Era de Apocalipsis junto a un Nate Grey despojado de sus poderes. En la presente entrega los guionistas no tardan en descubrir el truco tras este viaje y ponen una vez más en relevancia el papel de Legión en este arco. Lo que sigue a esta revelación es una gran batalla final que se expande a lo largo de los tres capítulos norteamericanos que ocupa el cómic y que termina por todo lo alto con un suceso que logra el objetivo inicial de toda esta aventura: acabar con la Patrulla-X, pero dejando una puerta abierta a su futuro regreso a un mundo y a una sociedad que les va a temer y odiar más que nunca.

«Qué profunda elección de palabras, madre«

Más que la trama en sí, que ya os comenté cuánto y por qué me estaba gustando en mi reseña del número anterior, importan (y mucho) las consecuencias de este evento. A partir del mes que viene tendremos una continuación de la serie, ya a manos de un único guionista (Rosenberg, una sabia decisión), que contará con el regreso de Cíclope y Lobezno en un mundo sin Patrulla-X y con un odio creciente a los homo superior. Los dos resucitados deberán juntar a un nuevo grupo de héroes de entre los de su especie y está claro que, con la que ha caído al final de esta trama, las opciones que van a tener son muy limitadas. Por otra parte tendremos a La Era de Hombre-X, una colección de miniseries que explorarán la realidad alternativa (a lo Dinastía de M) que se ha generado como consecuencia de lo ocurrido en esta aventura. Al final ambas series habrán de confluir, pero por el camino nos esperan experimentos la mar de interesantes.

La Imposible Patrulla-X #3 (#85)

El panorama que queda tras este evento / crossover mutante es ciertamente ilusionante. Los mutantes que se quedan entre nosotros pueden partir de un lienzo en blanco (¿se acordará este Cíclope de sus diferencias con Logan?) que les permita enterrar viejas hachas de guerra y construir algo nuevo y parecido a lo que ya vimos en la época pre-Cisma y que tanto nos gustó. Por otra parte, toda la trama de la Era del Hombre-X pone al resto de personajes en stand-by mientras el universo mutante evoluciona y gana revoluciones de cara a una nueva etapa que ya nos hace salivar a meses vista. La galaxia mutante ha tenido que arder hasta los cimientos para poder volver a crecer fuerte y sana. Ahora le toca el turno a Matthew Rosenberg de allanar el camino a una nueva era de prodigios en la franquicia que más ha luchado por defender las diferencias de todos y cada uno de nosotros dentro de la Casa de las Ideas.