«Vi lo que mis decisiones habían hecho«
Ya está. Se acabó. Punto final a Krakoa, a Orchis y a casi un lustro de historias buenas y malas en el mejor de los escenarios que se recuerde para los hombres y mujeres X. Me he quedado (bueno, mejor decir ‘nos hemos quedado’ porque leo aquí y allá a gente con idéntica sensación) con las ganas de que alguien en Marvel se dedicara a explorar un poco más el día a día de la nación mutante insular. No tanto por estudiar profundamente su sistema legal, educativo o financiero, sino por leer historias que ya tomasen esa como una realidad habitual y no como una situación que la editorial (como ha terminado ocurriendo) no tardaría en corregir. No ha habido ocasión y nos tendremos que conformar con un sueño y con haber podido ser testigos de algunas historias magníficas y de giros estupendos que apenas han empañado algunas decisiones editoriales un tanto más que cuestionables.
Han sido unos años de intensas lecturas (y peleas con las checklists de Panini) que nos han dejado un nuevo panorama (que ahora analizaremos), que han incidido en la evolución de algunos personajes, como Quentin Quire, que la necesitaban y llevaban reclamándola algunos años y que nos han dejado con el definitivo traspaso de testigo entre generaciones dentro de la cúpula de poderes de los mutantes con un Charles Xavier del que aún no sabemos qué va a pasar y un Magneto que parece haber encontrado al fin su camino tras tantos años de debatirse entre su odio hacia los humanos y su deseo de ver medrar a los suyos en un mundo que ya no les odie ni les tema. Los mutantes no quedan en muy buena situación (más bien vuelven al lodo del que salieron cuando Charles y Moira tuvieron aquella conversación en un parque) y, aunque el cambio de editores y de guionistas apuesta por una gran importancia de los mutantes en los próximos años, me entra la duda seria sobre si serán capaces desde la Casa de las Ideas de volver a ilusionarnos tanto como cuando los mutantes dejaron de ser los pupas de la editorial de cómics norteamericana.
«Tal vez yo recelara tanto de mis amigos como ellos de mí«
La Imposible Patrulla-X #700 USA nos cuenta, a través de guionistas como Jed MacKay (una de las estrellas emergentes de la editorial), los salientes Gerry Duggan y Kieron Gillen o el mismísimo Chris Claremont, como el patriarca mutante, después de hacer una vez más una salvajada a espaldas de los suyos y por los suyos, es encerrado, liberado y vuelto a encerrar mientras los lectores somos testigos de cómo el sueño de Krakoa se desvanece de nuestra realidad, imposible de cumplirse en una Tierra dominada por el odio al diferente y por las ansias de revancha de quienes han estado tanto tiempo bajo la bota del opresor. Ojo, porque esto es importante, Marvel viene a decirnos que Krakoa se va y desaparece de nuestro horizonte no porque haya que explorar otras historias sino porque, simplemente, en el mundo en el que vivimos los humanos hoy en día no hay lugar para los paraísos ni para las utopías. Y lo cierto es que, visto lo visto, puede que no les falte razón.
También nos cuenta este tomito como los mutantes vuelven a ser perseguidos y señalados con el dedo después de que el líder de entre los suyos matara a humanos sin compasión como parte de su plan infalible para poder vencer a la Inteligencia Artificial que pretendía consumir a la Tierra para poder integrarse con el resto de Dominios. Nos esperan tiempos difíciles para los héroes y heroínas de este apartado de la Casa de las Ideas, pero no es ésta una situación a la que no estemos más que acostumbrados quienes ya llevamos unos cuantos años siguiendo las aventuras de estos personajes.
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