Abordamos el nuevo volumen de La Patrulla-X de Peter Milligan que recoge Panini Cómics en su colección Marvel Must-Have. Con Arresto domiciliario, Milligan (acompañado de gente como Salvador Larroca o David Yardin) explora las consecuencias de Dinastía de M y establece estrechas conexiones con La Imposible Patrulla-X de Chris Claremont.
«¿Por qué me miráis así?«
Esto último es importante porque entre las dos cabeceras se forman importantes sinergias que ayudan a comprender el status de los mutantes tras el Día M y la derivada wakandiana, con Ororo a punto de entrar en una nueva fase de su trayectoria. Tal es así que este Arrestro domiciliario no solo incluye números de La Patrulla-X, sino que Reginald Hudlin, autor de Pantera Negra, también se deja caer para narrar un cruce con la serie de Milligan.
Ojo, podéis leer La Patrulla-X sin atender a La Imposible Patrulla-X y viceversa, pero la experiencia gana enteros al ver cómo se enriquecen la una a la otra.
Más allá del salseo entre los mutantes y la realeza de Wakanda, el tomo tiene como gran atractivo explorar la convivencia de la Patrulla-X con los centinelas apostados por el gobierno norteamericano en la escuela y cómo lidian nuestros héroes con la pérdida de sus poderes. Como podéis imaginar, este momento de «debilidad» es aprovechado por los malosos de turno para poner en un brete a nuestros protagonistas, pero al final no es más que una excusa para poner sobre la mesa algunas tensiones entre personajes como Kaos y el Hombre de Hielo. Aunque quien se revela como gran protagonista de la aventura es Polaris.
A falta de un volumen para que concluya la estadía de Peter Milligan en la serie (lo hace en el próximo La sangre de Apocalipsis), de las series que acompañaron a los New X-Men de Grant Morrison, esta es quizás la más floja de todas, pero tiene un estimable valor como complemento y de contextualización.
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