Panini Cómics publica dentro de su línea Marvel Must-Have, en la recopilación mutante de principios de siglo que está llevando a cabo la editorial, un tomo raro y especial donde los haya. Especie en peligro narra la odisea de Hank McCoy en busca de una cura imposible contra el maleficio de Bruja Escarlata: «No más mutantes«.

«Ahórrame las metáforas melancólicas, por favor«

Es un relato raro en su concepción, pues para leerlo hubo que seguir el grueso de las colecciones mutantes del momento, ya que su desarrollo se dispersó por todas ellas como historia de complemento a lo que acontecía en las mismas. Y su recorrido iba en paralelo a las mismas, con un Hank alejado del foco del resto de colecciones siguiendo improbables pistas y aliándose con los más oscuros aliados en una lucha personal contra sus propios límites y creencias. Quien en su día siguiera solo, por ejemplo, X-Factor, tendría acceso a solo unos cuantos capítulos de este viaje y poco o ningún contexto, ya que salvo por alguna escena puntual -sobre todo en su parte final- apenas se retroalimentó del resto de cabeceras.

Todo ello es lo que hace también especial al relato, pues narra una verdad paralela a la que tenía lugar en las series principales, arrancando en el mismo punto, el despertar del Día-M y finalizando a las puertas de La cruzada de los niños. En su trayecto, además de explorar la figura de Bestia y relatar su proceso de duelo, Especie en peligro atraviesa por algunos de los episodios más oscuros de la historia mutante subrayando no solo la crueldad -propia y ajena- que han sufrido, sino recordando una de sus mayores virtudes: su espíritu de resiliencia.

Y es a esto a lo que se agarra Hank. En el fondo sabe que lo que hizo Wanda no se puede deshacer, pero se niega a aceptar la realidad -la nueva realidad- sin plantarle cara y luchar. Hay una sensación constante de frustración y rabia, también por parte nuestra, de los lectores, sabedores de lo injusto de la situación. Todas las grandes tragedias son injustas. Y en todas lo que más cuesta y duele es la aceptación de que no todo puede repararse. Pero con todo, hay que seguir adelante.