«Tenemos que decidir el destino de Wanda Maximoff«
Hay un momento, en la serie de Disney+ Wandavision (o Bruja Escarlata y Visión en España), en el que la ‘humana mejorada’ que interpreta Elizabeth Olsen pierde definitivamente el control sobre la situación. Las fronteras del hechizo con el que tiene sometida a toda una ciudad estadounidense comienzan a expandirse y cientos de espectadores por todo el mundo exclamamos con voz ahogada ‘¡Dinastía de M!‘. Al final la serie discurría por otros derroteros (no habría tenido sentido nada de lo que hemos visto después en el resto de series de no ser así), pero nuestro suspiro y la idea de base con la que partían los creadores de la ficción televisiva sirven para dar una idea aproximada del peso de Dinastía de M, uno de los mejores y más interesantes crossovers con los mutantes que se hayan escrito jamás. El hecho de que, años después, Jonathan Hickman rescatara el título para su Dinastía de X es otra pista igual de importante.
Pongámonos en situación: allá por 2004 Brian Michael Bendis escribió la miniserie que definiría a la Marvel del siglo XXI. Su Vengadores Desunidos rompería el grupo de héroes para formar a partir de sus restos a los Nuevos Vengadores y lanzar a la Casa de las Ideas a una serie casi interminable de eventos que conformarían, de una manera u otra, las bases de la Marvel cinematográfica. En Vengadores Desunidos una Wanda desesperada hasta el punto de perder la razón por la pérdida (bastantes años atrás) de sus hijos con Visión (¿os suena?) atacaba de manera semiinconsciente a los Vengadores, matando a unos y sumiendo al resto en situaciones muy complicadas. Una vez solventada, de alguna manera, la situación, Magneto y Charles Xavier se hacían cargo de la mutante y Vengadora para tratar de devolverle la cordura.
«No más mutantes«
Y ahí es donde empieza Dinastía de M. Algo salía terriblemente mal y Wanda, cuyo poder es uno de los mayores del universo Marvel, cambiaba la realidad por completo poniendo a su padre al frente de un mundo en el que los mutantes eran la especie dominante del planeta y en el que el resto de los Vengadores veían como sus sueños más secretos se iban haciendo realidad uno a uno. En medio de esta extraña utopía mutante Lobezno (cuya mente está demasiado tocada como para vaciarla por completo) se daba cuenta del cambiazo y a partir de ahí comenzaba una cruzada para lograr revertir el hechizo de la Bruja Escarlata y recuperar la realidad antes del cambio. Una realidad que no era buena para todos y que, en última instancia, quedaba rota por la ya famosa frase que precede a este párrafo y que dio lugar a la casi extinción de toda la raza mutante, un hecho que no quedaría revertido hasta nada menos que 2012, con el nuevo crossover entre mutantes y Vengadores que orquestaron Jason Aaron y el propio Bendis y que llevó por título Vengadores vs. la Patrulla-X.
Panini reedita ahora Dinastía de M dentro de su colección Marvel Must-Have y hace que a la saga completa la acompañe una importante galería de extras. No por su cantidad, sino por su interés tanto para el lector novel como para el fan de los cómics de la Casa de las Ideas. Aparte de la ya típica galería de portadas y bocetos, la editorial suma un ‘Detrás de las Cámaras‘ que profundiza en el significado de este crossover para los personajes que en él se vieron involucrados, una fantástica cronología de los títulos de la editorial de los que bebió este suceso y de los títulos que, más tarde, nacerían de su alargada sombra y una serie de lecturas complementarias para terminar de comprender en su totalidad el que puede que haya sido el mejor crossover mutante hasta que Hickman se decidió a ponerlo todo patas arriba en Krakoa.
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