«¡Ha vuelto! ¡La Bestia ha vuelto!«

Con todo el embrollo de la Caída de X y los mutantes huyendo de aquí para allá (o tratando de reencontrarse, como ocurrió en esta colección) tuvimos que dejar aparcada una trama que nos tenía en ascuas a los lectores de X-Force. La Bestia por fin había cruzado la línea y unos X-Force liderados por Sabia trataban de darle caza a la vez que Lobezno asesinaba a los clones que Hank había creado del mutante de las garras de adamántium. Todo colisionaba en unos espectaculares números en los que unos y otros (la CIA incluida) tomaban al asalto la base móvil de la Bestia y dejaban al antiguo héroe contra las cuerdas, sin suministros a los que agarrarse y en busca y captura… hasta que pudo ‘descansar’ tras la Masacre Mutante orquestada por Orchis.

Pero Benjamin Percy distaba mucho de haberse olvidado de todo este asunto y en cuanto ha tenido tiempo ha vuelto para ponerle fin de una vez y para siempre. Hank McCoy comenzó a perderse a sí mismo en el momento en que comenzó a buscar soluciones sencillas a problemas complejos (algo que NADIE hace hoy en día, ¿no, niños?), es decir, cuando Brian Michael Bendis decidió que el mutante azulado se trajera del pasado a la Patrulla-X original para mostrarle a un cada vez más belicista Cíclope hasta qué punto se había echado a perder. Esto nos dejó una colección maravillosa de por medio, pero también significó el inicio del declive de un mutante que pasaría a aliarse con los Inhumanos a venderse al peor postor en épocas aún más oscuras… Todo esto había ido convirtiendo a la Bestia en un mutante un tanto despreciable que los nuevos lectores no llegaban a saber por qué estaba siempre en primera línea cuando había personajes mucho más carismáticos alrededor.

«Esto se asemeja mucho a un sueño inquietante del que espero despertar«

Percy parecía haber querido terminar de hundir a la Bestia en el barro convirtiéndole en un líder de X-Force despiadado, dado a cometer errores que tapaba con nuevos desmanes y cada vez más aislado. Y todo pareció saltar definitivamente por los aires con el triple combo de la cárcel espacial, el asesinato y resurrección de Lobezno y su posterior huida para seguir con sus ‘proyectos’ en solitario. Pero fue entonces cuando Percy nos dejó entrever una llamita de esperanza, una que nos hizo soñar con una solución y que le dio a toda esta etapa un nuevo significado: La Bestia, en su huida, había destruido todas las copias en Cerebro de sí mismo, para que nadie pudiera seguir sus pasos, pero se había dejado una sin destruir. ¿Por nostalgia? ¿A modo de broma? ¿Como parte de un plan a largo plazo? A saber. Pero lo cierto es que Hank nos dejaba con la posibilidad de recuperarlo con una copia de su cerebro de su época en los Vengadores de la Costa Oeste, un momento en el que todo el mundo adoraba a Bestia. El momento que todos queríamos que regresase.

X-Force #43: Caída de X

La excusa que nos presenta el guionista en este X-Force #43: Caída de X que publica ahora Panini es un poco barata, no lo neguemos, pero no pierdo la esperanza de que la visita de la Bestia a la estación polar de los mutantes no haya sido sólo para pedir prestado el coche, sino que este ‘préstamo’ tenga que ver con algún plan loco del desquiciado mutante para acabar con Orchis (no olvidemos que, con todo, Bestia sigue luchando por lo que él cree que es correcto y bueno para los homo superior). En cualquier caso, todo apunta a que nos esperan unos meses apasionantes en esta colección mientras esperamos al fin de la Era de Krakoa.