«Cada paso que da parece predeterminado«

Me ha gustado mucho la última entrega de Patrulla-X: Caída de X. Y eso está muy mal. Porque no puede ser que pongas a la venta cuatro tomos de difícil defensa en el mercado y te marques uno, el último tan redondo como éste. Que sí, que es un premio gordo para quienes nos hemos mantenido fieles, pero también es verdad que hemos tenido que tragar con lo que se nos venía encima para lidiar con ello. También es verdad que cuando uno comienza a comprarse estos tomos sabe bien lo que le espera (y no hemos tenido a Dark X-Men por aquí también no se sabe muy bien por qué) y cualquier sorpresa agradable ha de aceptarse como lo que es: algo inesperado y positivo. Y también es cierto que de las seis grapas que componen este álbum, tres pertenecen a la cabecera que mejor ha funcionado hasta el momento: la de Rondador Nocturno con las mallas de Spider-Man. Y esto también rema a favor.

Comenzamos con Reino de X y nos encontramos con que, pese al más que cuestionable cambio de artista, la historia se dirige hacia donde debe y, además, lanza dardos hacia el futuro (a ver qué pasa con María Tifoidea o con los poderes de Magik) de manera que no sólo se cierra de manera aceptable la trama (nada que ver con lo que leímos el mes pasado con alguna de las series), sino que además se la hilvana con lo que está por venir en colecciones bastante alejadas entre sí. Todo esto, viniendo de una de las cabeceras que menos ilusión estaban despertando en los lectores, nos da algunas pistas de por dónde va a transitar todo este número de la cabecera que pone en nuestras estanterías Panini.

«Pensaba más bien en tu culo torneado, pero… claro, pistolas y pragmatismo. Supongo que le recuerdas a mí«

Y entonces nos encontramos con Kurt Wagner. Su primer episodio aquí es ligeramente anodino (en plan héroe que se cansa de hacer heroicidades) y termina de una forma terrible… para enlazar con X-Men Blue: Origins (porque en Norteamérica no conciben eso de que menos es más y tienen que sacar el quinto capítulo de Uncanny Spider-Man como si de otra colección se tratara) y dejarnos con el culo torcido con el paso a la oficialidad de una historia de Chris Claremont de 1981 que ha tardado más de cuatro décadas en ver la luz. Por fin se hace justicia con una historia que va a traer mucha cola (chiste fácil) y que permite una reconciliación que no nos esperábamos y el regreso del Rondador Nocturno que echábamos de menos en el último capítulo de su colección, ya apuntando a la guerra contra Orchis de manera inequívoca.

Patrulla-X: Caída de X #5

Para cerrar el tomo tenemos un capítulo final de Alpha Flight que sigue en la (aburrida) línea de sus predecesores, pero que también lo deja todo visto para sentencia de cara a los meses que están por venir y un último capítulo del Hombre de Hielo que cumple en parte nuestras expectativas, pero que nos deja con un sabor de boca mucho mejor de lo que llevábamos toda la serie esperando. Bobby es mucho más de lo que podamos esperar de él y el cierre de su colección nos lanza un mensaje de optimismo hacia el futuro muy en sintonía con lo que hemos leído en Uncanny Spider-Man.

Como veis, un fantástico tomo para cerrar una colección con tantos altibajos como miniseries ha contenido dentro de ella misma.