«Hace tiempo estuvimos unidos. Hace tiempo fuimos Cybertronianos«
Alguien se ha tomado muy en serio lo de renovar y dar lustre al universo Transformers. Hace unos meses, cuando os presentamos por aquí More Than Meets the Eye, ya hablamos de cómo se mezclaban en ella elementos de pura aventura con otros más serios (e incluso siniestros) para dar lugar a un cómic verdaderamente distinto y muy apetecible. Ahora John Barber, otro de esos autores con una larga relación con la franquicia, nos trae con Robots in Disguise un intenso thriller político con todos los elementos de ciencia ficción que se le presuponen a los carismáticos robots.
Si MTMTE nos llevaba al espacio exterior a bordo de la Luz Perdida para buscar a los legendarios Caballeros de Cybertron, Robots in Disguise se centra en la situación del malherido planeta de los Transformers. Así, nos encontramos en el poder con un Bumblebee que tiembla bajo el peso de la responsabilidad y que se encuentra rodeado de enemigos que conspiran en su contra y de amigos cuyas visiones retorcidas de la realidad son aún más peligrosas que los tejemanejes de quienes quieren verle derrocado.
«Dijiste que la guerra había terminado«
Barber tiene el gran acierto de plasmar en este cómic el aspecto de una sociedad que se recupera lentamente de una guerra civil (una que ha durado dos millones de años) y que trata de olvidar viejos rencores entre las ruinas de una ciudad asolada hasta los cimientos. Bee reina sobre dos facciones condenadas a odiarse hasta la eternidad y sobre una tercera ajena a la guerra entre las otras dos que ha visto como de pronto tenía que responder ante una autoridad que les ha sido impuesta sin consultarlo. Por trazar un paralelismo, se podría hablar de la Posguerra española, en la que los bandos nacional y republicano se vieron forzados a olvidar sus diferencias mientras que la gran mayoría del país (inocentes sin ganas de guerra) comprendía que ahora debería aprender a obedecer a un nuevo poder totalitario al que apenas conocían.
No sólo eso, sino que los continuos recuerdos de Starscream y Metalhawk hacia Bee de que su gobierno no es otra cosa que uno provisional y de que se deberían celebrar elecciones democráticas lo antes posible no hace sino acrecentar la presión sobre el líder forzado de los cybertronianos, que ve cómo sus enemigos lo colocan en la incómoda posición de defender el autoritarismo y dibujar frente a sus congéneres un autorretrato poco favorecedor. Cómo evoluciona esto y las semejanzas y divergencias que pueda haber entre ello y lo que se vivió en nuestro país durante la Transición es algo para lo que aún deberemos esperar algunos meses, pero que también se anuncia como apasionante.
«Todo tiene color Decepticon«
Pero no todo es política en el nuevo volumen de las aventuras robóticas. También tenemos en este tomo a un planeta que ha vuelto a la vida y que no parece estar muy contento con sus inquilinos, una nave espacial que cuenta con una máquina del tiempo en su motor, el regreso de los Dinobots, las visiones de futuro de Ironhide… El primer volumen de Robots in Disguise mezcla con pericia las «intrigas palaciegas» con un sinfín de tramas que van desde el puro cómic de aventuras a la ciencia ficción más reflexiva. Barber ha hecho un gran trabajo a la hora de evitar que nos centremos en un pequeño grupo de personajes y sus maquinaciones. El autor no quiere que olvidemos ni por un momento que los Transformers se hallan inmersos en un medio hostil y que sólo su perseverancia logrará hacer de su planeta natal un entorno habitable de nuevo.
Barber se hace acompañar de Andrew Griffith, un dibujante más que capaz que le imprime a las a veces demasiado sencillas caras de los robots una variedad infinita de gestos y expresiones. Como ocurre con su serie hermana, Robots in Disguise es interesante de leer y agradable de ver, una combinación que ha catapultado a las dos colecciones al top de ventas de IDW en Estados Unidos. Aquí nos llegan ahora los primeros nueve episodios y, aunque tanto yo como otros muchos lectores no versados en el mundo Autobot y Decepticon habríamos agradecido una pequeña guía de personajes, el conocimiento de que en Norteamérica ya van por los cuarenta nos da una idea del nivel de éxito que le podemos otorgar a una serie que asombra desde la primera viñeta.
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