Tras el potente arranque de la Muestra el jueves con The Invitation. Llega la segunda jornada con bastante cachondeo, algún que otro problema técnico y películas de lo más variado en cuanto a temática, medios y país de origen. Pero sin más dilación, pasemos a repasar lo que hemos podido saborear en el segundo día de la 13 muestra Syfy.

Villmark Asylum (Pål Øie, 2015)

Terror nórdico en toda la extensión de su significado. Villmark 2 (sí, es una segunda parte aunque no guarde relación con nada de lo anteriormente contado) nos presenta a un equipo entregado al análisis estructural de un viejo edificio en mitad del bosque que va a ser derribado. Una hora y media que da para muchos tiempos muertos en los que no ocurre absolutamente nada seguidos de un final frenético que frena en seco para dar un giro de proporciones tan lisérgicas que el público no tiene más remedio que reír y aplaudir. Ya se sabe, hay que ir bien preparado para la primera peli de los viernes. Uno nunca sabe lo que se va a encontrar…

Villmark Asylum: Con lo fácil que habría sido arramplar con todo…

Nina Forever (Ben y Chris Blaine, 2015)

Con Nina Forever llega el amor a la Muestra. Chico conoce a chica, tienen una cita, se lían, y cuando la cosa se pone picante aparece la novia muerta para cortarles el rollo. Ben y Chris Blaine defienden la misma tesis que Joe Dante, las ex pueden hacerte la vida imposible, sobre todo si han fallecido. Así que seguid este consejo u os arrepentiréis: Dejad a vuestras parejas antes de que estiren la pata. La película gira en torno a un peculiar triángulo romántico (conformado por unos solventes Fiona O’Shaughnessy, Abigail Hardingham y Cian Barry) en el que la comedia va dando paso, poco a poco, a un drama sobre cómo afrontamos la pérdida de un ser querido. Siendo una gratísima sorpresa, quedará en la memoria de los asistentes no tanto por su calidad como por la versión muy original que hizo Leticia Dolera de una de sus escenas más calentorras para amenizar un problema con el subtitulado que retrasaría el resto de la jornada más de media hora.

Nina Forever: Porque a veces sobran los subtítulos

The Green Inferno (Eli Roth, 2013)

Tras escandalizar a unos pobres ancianos al grito de «¡Canino! ¡Pa’ tu culo mi pepino!» la muestra sigue y nos deja contemplar el último trabajo de Eli Roth (Hostel, Cabin Fever) en el mundo del terror y la casquería. The Green Inferno es un alud de humor irreverente y negro como la noche que me atrevo a decir que ha cautivado a las tres cuartas partes de los espectadores, que se han entregado al espectáculo de muertes y desmembramientos con gritos y aplausos. Roth monta una película que no se debe ni se puede tomar en serio. Una parodia continua que se atreve con los activistas, los judíos, la friendzone… De momento se lleva el premio a la película que más carcajadas ha levantado del festival. Veremos si alguna la supera, pero ha dejado el listón bien alto.

The Green Inferno: Tampoco es para ponerse así, chica

Vulcania (José Skaf, 2016)

En lo que correspondería al prime time televisivo, nos toca enfrentarnos a Vulcania, ópera prima del argentino José Skaf, y que contó con la presencia del equipo para su presentación. Lo más reseñable del supuesto plato fuerte de la jornada son su colección de cromos (José Sacristán, Aura Garrido, Ginés García Millán…) y su duración, 90 minutos. Un bluf de los importantes. Los ingredientes de este fallido thriller made in Spain son una sociedad aislada del mundo, un aspirante a Magneto que hace figuritas de acero en su tiempo libre y un «accidente» que despierta el interés de los protagonistas un año después de haber acaecido. Porque desde el momento en que la actividad principal del pueblo en que se desarrolla la historia es la exportación de metal a un mundo exterior que ni siquiera saben que existe, todo vale. Salvo Miquel Fernández y García Millán ninguno de sus actores se salva de la quema (algo especialmente sangrante en los casos de los Goya Sacristán y Ana Wagener) y se gana por méritos propios el calificativo de comedia no pretendida de la jornada, veremos si también de la Muestra.

Vulcania: Cuidado con el Miquel, que es muy chungo

Parasyte: Parte 1 (Takashi Yamazaki, 2014)

Y cerramos con la niponada del viernes. Si el año pasado resultamos conquistados por Tokyo Tribe y el anterior la adaptación de Kenshin nos hizo el culo Pepsicola, los chicos de la Muestra se van esta vez a por la adaptación de uno de los seinen más exitosos de los últimos tiempos en Japón. Parasyte nos muestra la vida y logros del joven Shinichi, superviviente a una infección parasitaria que convierte a los humanos en marionetas devoradoras de carne. El hecho de que su parásito se quedase sólo en su mano (Me recuerda a una versión siniestra del manga de Ivrea Midori, Échame una Mano) hace que Shinichi sea capaz de conversar con él y aprender a las malas que su propósito en esta vida es acabar con tantos de los humanos modificados como pueda. Esta primera parte (la segunda se estrenó el año pasado en Japón) está rodada con mucho tino, guardando un envidiable sentido del ritmo y la tensión. Lástima que sea tan descaradamente larga para lo poco que nos cuenta (típico por otra parte del cine asiático y sus tiempos), porque lo cierto es que es un producto 100% disfrutable.

Típico lunes por la mañana en el mundo de Parasyte