Segundo día de la 14 Muestra Syfy de Cine Fantástico y ya queda demostrado que el público ha desembarcado este año con muchas ganas de mandanga. El viernes, que tradicionalmente ha quedado reservado para películas algo más pequeñas y auténticas rarezas de género, no ha decepcionado y nos ha dejado con cinco filmes que bien valdrían otros tantos artículos individuales. Pero es muy tarde cuando estoy escribiendo estas líneas y este sábado toca rizar el rizo con seis filmes como seis soles entre los que destaca la nominada a un Oscar La Vida de Calabacín (Claude Barras, 2016). Veamos, pues, qué es lo que nos ha deparado esta jornada:
Worry Dolls (Padraig Reynolds, 2016)
Cinta de posesiones que va derivando poco a poco hacia el terreno del vudú y similares. Una serie de amuletos (las worry dolls o ‘quitapenas‘) pertenecientes a un asesino en serie caen en manos de distintos habitantes de un mismo pueblo, tornándolos en violentos homicidas que ansían la sangre de aquello que les produce sus mayores miedos. Christopher Wiehl (actor directamente salido del mundo de las series) escribe y protagoniza un filme que alterna buenos momentos de tensión con una elevada dosis de obviedades y algunas escenas verdaderamente chuscas. Lo mejor, una vez más, ha sido poder verla acompañados por el inimitable ambiente de los espectadores de la Muestra.
Seoul Station (Sang-ho Yeon, 2016)
Tras el éxito de Train to Busan (2016, Mejor Director en Sitges del mismo año), su director decidió crear una precuela animada del filme que lo lanzó al estrellato internacional y hoy contemplamos sus resultados. Con un comienzo lento (tan propio del cine coreano por otra parte) y un desarrollo que entra dentro de los cánones del cine de zombies (héroe resolutivo, chica en apuros que aprende a valerse por sí misma, personajes aleatorios en papeles heroicos o villanescos según la situación lo requiera…), lo que nos conquista de esta cinta es un final (¡los últimos diez minutos escasos!) muy loco que pone patas arriba todas las presuposiciones que el espectador ha ido realizando a lo largo de la proyección.
47 Meters Down (Johannes Roberts, 2016)
Con diferencia, la cinta con mejor hechura del segundo día. 47 Meters Down tiene algunas escenas realmente logradas mezcladas con unas protagonistas que no generan ni una pizca de empatía (¡Arriba #TeamTiburón!) y cuyas cabezas no parecen regir del todo bien. Con todo y con ello, Roberts consigue durante gran parte del desarrollo mantener al espectador en vilo con un reparto limitado a dos personajes y unos escenarios en los que resulta muy difícil distinguir el arriba del abajo. 47 Meters Down, sin ser una gran maravilla, se deja ver y supone llegar al ecuador de un día en el que ha habido mucho amor (Leticia Dolera en su salsa) y algún que otro malentendido por parte del público…
Stop Over in Hell (Víctor Matellano, 2016)
Y seguimos para bingo, esta vez con una cinta española sonrojante en la que abundan las frases sentenciosas y los momentos inexplicables. Siempre he pensado que los silencios en la Muestra sólo se pueden interpretar de dos formas: o como una señal de la aceptación del filme (como en el caso del jueves con Logan) o como muestra de espanto ante una cinta tan mala que no suscita ni tan siquiera los comentarios jocosos de la gente del público. La cinta de Matellanos es claramente de estas últimas, deja al espectador con la sensación de haber sido engañado para entrar al cine y tiene fallos de raccord y juegos de cámara superfluos hasta decir basta. Una cinta que se convirtió de golpe en la última que iban a a ver muchos el viernes (acabó más allá de la medianoche) y en una fuente inagotable de comentarios negativos en las redes sociales.
The Funhouse Massacre (Andy Palmer, 2015)
Y frente al engaño de la anterior, la honestidad de la macarra y pequeñita película que cerró la segunda jornada rozando las dos de la mañana de este sábado. Syfy nos trae para estas sesiones auténticas cachondadas y algunas cintas infumables (no suele haber término medio) y en este caso ha tocado una de las primeras. ¿El argumento? Una sujeta misteriosamente parecida a Harley Quinn (de hecho comparte apellido), libera a su ‘papi’ (con un escandaloso parecido con el Joker) y a un selecto grupo de psicópatas de un frenopático para poder sembrar el terror a lo largo de la noche de Halloween.
Emitida directamente en DVD y cutre hasta decir basta. The Funhouse Massacre tiene la virtud de conocer muy bien sus limitaciones y juega con unos diálogos bastante divertidos y un grupo de personajes clásico del género slash-movie, pero con un punto extra por la alegre burla a todas las películas de dicho género y por la sencillez con la que nos vende un poco más de ‘lo de siempre’, pero con un giro hacia la comedia macabra que se agradece a determinadas horas.
Deja un comentario: