Los idus de marzo (Idus Martii) se corresponden con el día 13 de cada mes (excepto en marzo, mayo, julio y octubre, que caen en 15) y eran, para los romanos, símbolo de buenos augurios. Al menos hasta que el 15 de marzo del 44 a. de C. a Julio César le fabricaron una docena de ombligos nuevos en las escaleras del Senado de Roma. Para un servidor, y por aquello de no pasarme de rosca y compararlo con las Navidades, la Muestra Syfy es una suerte de nueva versión de esta fecha de buen rollo y sensaciones positivas al borde de la primavera. Cada año, la Muestra recarga mis pilas tras los lóbregos meses de enero y febrero a base de cine y cachondeo.

Los que asistimos religiosamente a este evento anualmente conformamos una especie de familia, o de culto aberrante, cuyos miembros nos conocemos ya de sobra y que, sin embargo, siempre está deseosa de aceptar carne fresca. Tiene este festival de cine un cierto componente adictivo que nos hace volver cada año aún más enganchados que el anterior.

Leticia Dolera, con el discurso inaugural de la 14 Muestra Syfy

Tienen la culpa de esto una organización volcada en hacer crecer a un evento al que cada vez se le van quedando pequeños más cines, la buena voluntad de algunas distribuidoras (Fox, Warner…) que cada vez se van dando más y más cuenta del peso específico de este punto de encuentro, una Leticia Dolera tan incapaz de faltar a una cita con su público más entregado como de aprovechar la tribuna que le es concedida para abogar por los derechos de las mujeres (y bien que desde aquí la aplaudimos el mismo día en que un eurodiputado ha logrado sacar los colores a su país y, ya de paso, a sus colegas de género). Y, por supuesto, a los incondicionales que, durante cuatro días, olvidan el cansancio de la semana y las penurias de la vida moderna para gritar, reír, aplaudir, llorar y, en definitiva, disfrutar rodeados de conocidos y extraños enamorados de la gran pantalla y de lo que ésta representa.

Hugh Jackman en Logan

Ha abierto este año la 14 Muestra Syfy de Cine Fantástico Logan, de James Mangold (Lobezno Inmortal, Inocencia Interrumpida), un auténtico bombazo que ha logrado arrancar numerosos aplausos a lo largo y ancho de su metraje. La segunda incursión de Mangold en el terreno de los mutantes se convierte en la definitiva por medio de un producto que, sabiendo que es imposible reproducir el material original (El Viejo Logan de Mark Millar, 2008), se reinventa a sí mismo para dejarnos con probablemente el único filme que se ha atrevido a relatar hasta la fecha los últimos días del héroe y la que es, con total seguridad, la mejor adaptación del popular personaje de Lobezno a la gran pantalla. El director, apoyado por un Hugh Jackman soberbio, da por fin con la tecla para plasmar en un filme el alma torturada del mutante que se cansó de vivir y de sobrevivir a sus compañeros y amigos. Logan dignifica al personaje y a la franquicia mutante en los cines al tiempo que abre la ventana a una nueva época en la que Fox seguirá apostando por la excelencia de las franquicias marvelitas cuyos derechos sigue poseyendo.

Un año más, la Muestra comienza con fuerza y nos promete horas del mejor y peor cine de fantasía en una ambiente inigualable. Van catorce ediciones, casi todos nos conocemos ya, pero estos idus de marzo se sienten tan nuevos y optimistas como los del primer año.