«Parece que tú y yo somos los únicos que quedamos«

Ya está. Se acabó la tortura de una de las peores historias de Lobezno jamás contadas. Han sido cinco números de pura intrascendencia violenta que sí, habrán dado una alegría a quienes esperan de esta serie destripamientos y carnicería en general, pero que han ido aburriendo más y más al resto y, además, se han salido de la Caída de X (donde se supone que están funcionando) y han introducido multitud de grietas argumentales por lo que se adivina como una escritura con poca planificación y cooperación con el resto de autores de la parcela mutante de la Casa de las Ideas. Basta con echarle un ojo a los Centinelas Stark: casi invencibles en la Resurrección de Magneto, infinitos en Vengadores e Iron Man y poco más que chatarra con la que jugar en esta cabecera.

Ya he comentado en los anteriores artículos por qué esta historia me parece que está fuera de lugar, pero es que ni como ‘aventura’ aislada termina de funcionar: Tenemos un ejército de copias de Dientes de Sable de múltiples universos que apenas sí tienen algo de peso en la trama, tenemos al hijo del propio Graydon Creed y su presencia se convierte en poco más que un chiste de esos que dan un poquito de vergüenza ajena, tenemos una matanza salvaje de todos los seres queridos (mutantes) de Lobezno que tampoco sirve de nada (si habéis leído el resto de cabeceras de Caída de X de este mes sabréis por qué) y tenemos a Logan recibiendo puñaladas, disparos, controles mentales e, incluso, una pérdida de poderes que, ¡sorpresa!, también se revierte con la facilidad con la que uno se limpia las posaderas.

«Vas a morir de forma miserable, solo«

La Guerra de Dientes de Sable no es solo la peor despedida posible para un autor de la cabecera de sus sueños (basta leer el epílogo que firma el bueno de Benjamin Percy), sino que es un insulto a la inteligencia y al bolsillo de los lectores, que se han tenido que dejar casi treinta y cinco pavetes en estos cinco números (al menos en España y a precios de Panini en tiendas) para encontrarse con esta broma de mal gusto acerca de todo lo que significa Lobezno para lectores de todas las edades. Es que incluso la presencia de Quentin Quire y Lobezna (X-23) queda desdibujada y reducida a un par de momentos para cada uno.

Lobezno #46 (#152): Caída de X

En un par de meses tendremos la oportunidad de despedirnos definitivamente de Benjamin Percy como autor de esta personaje con el extra Inferbezno que sale de las páginas de su malograda serie sobre el Motorista Fantasma, pero siempre quedará este arco argumental como la despedida que nadie quiso para el autor que nos ha ofrecido algunas de las series y tramas más potentes de toda esta Era de Krakoa. Triste, muy triste, final para una larga historia que podría haber aprovechado estos cinco números parea contar una infinidad de cosas que, sin embargo, se quedarán ahora para siempre en el tintero del guionista. Vienen ahora unos cuantos meses de incertidumbre hasta la entrada del sustituto de Percy en los que leeremos cosas muy locas (si no decidimos saltárnoslas y listo). A ver qué ocurre a continuación…