Days Gone Remastered

Days Gone Remastered: Un remaster reivindicativo

Hincamos el diente al remaster de Days Gone para PlayStation 5. Una revisión del juego original de PS4 que, además de incluir las mejores gráficas evidentes de este tipo de producciones, añade tres modos de juego que complementan la experiencia original y ofrecen una interesante vuelta de tuerca a la misma. De esta manera, Days Gone Remastered se convierte en una alternativa tanto para quienes quieran descubrir el juego por primera vez, como para quienes quieran acompañar una vez más a Deacon a lo largo y ancho de una sociedad rota por sus propios pecados.

 

Days Gone Remastered

 

Grosso modo, la historia que nos plantea Bend Studios es la de un motero (interpretado por Sam Witver, con la voz de Claudio Serrano en el doblaje en castellano) que, cual nómada, sobrevive en un mundo infestado por engendros (o infectados o zombis, depende de cada relato) fruto de un experimento que salió mal (siempre salen mal), haciendo encargos aquí y allá para diferentes campamentos de sobrevivientes. Y entre tanto busca respuestas a la desaparición de su pareja, que esconde muchas más aristas de las que pudiera parecer en un principio.

 

Nada que se aleje de los lugares comunes del género, pero la clave de este hijo ilegítimo de Easy Rider y The Walking Dead no está tanto en su plot o argumento, sino en la construcción de Deacon como personaje, un outsider sobrado de carisma.

 

Es cierto que alrededor suyo hay pocos personajes que estén realmente a la altura y tipos como Boozer se van desdibujando con el paso de las horas o simplemente dejan de interesarnos. Es arriesgado, pero es parte de la experiencia de Days Gone, que lo apuesta todo a su protagonista principal y la estrecha relación con su moto, casi una extensión de sí mismo y una -si no la que más- de las mecánicas más disfrutonas del juego. En todo esto hay un poco (bastante) del loco Max en Deacon, lo que exige a quien se siente delante del mando a entender este como un viaje personal y hasta cierto punto introspectivo.

 

 

Deacon encarna un perfil muy anclado en la idiosincrasia norteamericana, ese de héroes forjados a base de heridas invisibles, de férreo espíritu aunque el mundo les empuje al barro y con el horizonte como hogar.

 

Si llegáis al remaster desde la versión de PS4, ya sabéis de qué estamos hablando. Si venís de nuevas, os espera un viaje de entre 28-30 horas (siempre que no seáis completistas, en tal caso sumad otra decena de horas). Ahora bien, ¿qué nos ofrece este remaster? Porque al final estamos aquí por eso, para descubrir qué añadidos trae consigo la revisión del videojuego de 2019.

 

En primer lugar, la evidente mejora visual que se nota principalmente en la distancia de dibujado y el trabajo de iluminación, que logra un acabado mucho más realista, sobre todo en lo referente a las noches (se ha suavizado el brillo y retocado el contraste entre la oscuridad y los focos de luz tipo linternas o faros). Days Gone Remastered sabe entrar por los ojos, aunque luego -las cosas como son- el rendimiento no es el ideal, pues no faltan los tiempos de carga y los bugs son recurrentes. Algunos tienen su gracia (como engendros que se quedan congelados en pleno movimiento), pero otros (menos habituales) nos obligarán a salir al menú principal y cargar partida, perdiendo el posible progreso en la misión de turno.

 

Days Gone Remastered

 

Hay también añadidos siempre agradecidos en forma de accesibilidad, con diferentes funciones para adaptar la experiencia a cada jugador (desde ajustes en la velocidad del juego o un modo de alto contraste, a remapeado del mando), e implementación de las características propias del DualSense, que habrá quienes sepan sacarle provecho (lamentablemente no es nuestro caso, solemos deshabilitar los gatillos adaptativos).

 

Misma historia, nuevas experiencias

Respecto al juego en sí, este presenta nuevos modos de juego pensados especialmente para quienes hayan recorrido los paisajes de este Oregón post-apocalíptico. Porque quién tiene la valentía de atreverse con un sistema de muerte permanente o un modo speedrun si no conoce las mecánicas o el escenario. Así es, Partida rápida nos invita a completar la aventura en el menor tiempo posible, lo que premia nuestra eficiencia a los mandos. Muerte permanente nos obligará a empezar de cero (o desde el segundo acto) si caemos víctima de los engendro, los rippers o cualquier alma desesperada que nos ataque. Hemos de reconocer que no nos atrevimos a jugar de esta manera, solo de pensar en el drama de reiniciar la partida por una muerte tonta nos entraron sudores fríos.

 

La chicha, sin embargo, está en Asalto de horda, un modo de supervivencia arcade accesible para todo el mundo. Es decir, se trata de un modo fuera de la historia principal, ideal para descargar tensiones (o tensarse más, según se mire) y que explota la mecánica más divertida que tenía la historia original (con permiso de los cuidados y conducción de la moto). Para que os hagáis una idea, al propuesta puede recordar a la de World War Z (vale que aquella era multijugador, pero la base es la misma): un tiempo limitado de preparación y la posterior resistencia al hostigamiento de decenas de enemigos cuyo único objetivo es nuestro cuerpo serrano. Cada oleada superada implica un aumento en el reto (la dificultad) en la siguiente.

 

 

Parte de la gracia radica en poder cambiar de personajes (queremos a Deacon, pero también necesitamos nuestro espacio de cuando en cuando), probar diferentes armamentos y obtener modificadores para las propias partidas a fin de mejorar nuestras puntuaciones. No tiene más, pero tampoco lo necesita. Las hordas eran algo que en el juego base llegaban relativamente tarde y apenas se explotaba su frenetismo y nivel de amenaza. Ahora, en cambio, lo tenemos desde el principio.

 

Por 10€ (lo que cuesta la actualización si contáis con el juego original de PS4) es una pequeña inversión que da una nueva vida al juego: Asalto de hora funciona por sí sola y Partida rápida nos da la oportunidad de «picarnos» volviendo al juego centrados solo en la historia… y sí, para los valientes el reto de Muerte permanente no está pagado. ¿Que no sabéis quién es Deacon? Si los bugs no os frustran (hemos vivido propuestas recientes mucho más acusadas) y tenéis la paciencia para superar sus momentos valle (el ritmo es irregular durante la primera mitad del viaje), Days Gone Remastered es la oportunidad perfecta para conocerle. Seguro que acabáis guardando algún recuerdo con su modo foto también mejorado.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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