Publicado por Deep Silver, Echoes of the End, el primer título del estudio islandés Myrkur Games, es un juego de acción y aventura que nos pone en la piel de Ryn, una chica con poderes mágicos, repudiada y temida por ello, que debe luchar contra sus propios prejuicios y limitaciones para rescatar a su hermano de las garras del ejército de un imperio que planea una guerra a gran escala. Grosso modo, si recordáis FFXVI y su mitología en torno a Dominantes y naciones enfrentadas, encontraréis interesantes puntos en común con esta propuesta.
Hablamos, claro está, de las bases argumentales. A partir de ahí ambos juegos cogen direcciones muy diferentes. Así, a nivel jugable estamos ante un título con dos vertientes muy marcadas dentro de su espíritu aventurero: los combates y las plataformas/puzles. En ambas facetas, además, con una estimable particularidad, y es que durante buena parte de nuestro viaje estaremos acompañados de un segundo personaje con habilidades complementarias a las nuestras que nos ayudará con diferentes mecánicas.
Siempre pulsado el cuadrado (jugamos en PlayStation 5), con este botón nuestro acompañante, Abram, activará diferentes dispositivos (en la parte de plataformas y puzles) o afectará a los enemigos contra los que luchamos. No es que acoja gran profundidad, pero resulta funcional y tiene importancia dentro de la narrativa.
Sobre esta, si bien tampoco es un dechado de originalidad, sabe gestionar los tropos de la fantasía heroica para, de nuevo, lograr una experiencia funcional. También es cierto que el desenlace sabe a poco y -atendiendo al uso de los lugares comunes del género- se echa en falta algo más de épica y un «ya nos veremos» como despedida de los protagonistas. Falta, por así decirlo, un buen remate. La sensación es la de dejarlo todo los suficientemente abierto como para poder explorar más sobre Ryn y su mundo si el juego acaba teniendo una vida larga y exitosa.
Rehaciendo el mundo
Y siendo honestos, parece complicado. Sobre todo porque lo que nos encontramos ahora es con una edición «mejorada» del juego original, salido el pasado agosto. Vendría a ser algo similar a lo ocurrido hace unos años con Atlas Fallen, otra aventura de corte fantástico que después de un inicio titubeante tuvo que pasar por chapa y pintura para rehacer las suficientes cuestiones como para acometer un relanzamiento. Y en una época marcada por la inmediatez, esto suele significar la sentencia de muerte. El público no espera y rara vez perdona.
En este caso, según los desarrolladores, Echoes of the End ha sufrido una revisión del combate, se han ajustado o rehecho las animaciones, diseñado un nuevo sistema de equipamiento, hecho ajustes en la respuesta a los impactos y el fijado de objetivos, rehecho el primer capítulo, añadido líneas de diálogo… Vamos, en muchos aspectos podríamos establecer una analogía entre un early access (el juego lanzado originalmente) y un juego terminado (esta Enhanced Edition).
Sin poder comparar (nosotros hemos entrado directamente con esta versión mejorada al mundo de Echoes of the End), algunos de los aspectos señalados funcionan realmente bien, mientras que otros tienen un importante margen de mejora. Así, a nivel visual estamos ante una dignísima propuesta que luce mucho mejor de lo esperable en un título AA. Sí, por momentos el mundo se siente vacío y es extremadamente lineal (hay paredes invisibles realmente frustrantes), pero esa inspiración islandesa de sus paisajes es una gozada.
Otro asunto son las mejoras y agregados jugables. Como consejo, si sois del #TeamModoFácil, huid de él en este caso. Los combates en este modo son como un paseo en línea recta. Es tal la ausencia de reto que podríais terminar el juego sin desbloquear ninguna mejora de habilidad y sin pasar por el menú de equipamiento (que en el modo normal tampoco ofrece sustanciales alicientes). Aquí el único reto serán los puzles, en general inspirados y divertidos de resolver, pero con un par de ellos que se debaten entre lo confuso y lo aleatorio que resolvimos uno de pura chiripa y otro saltando -literalmente- a una esquina que no se veía afectada por las paredes invisibles.
La respuesta de los controles -no solo la de los impactos- es quizás el gran debe de Echoes of the End. A la sensación de falta de contundencia o de golpear el aire cuando se pelea, hay que sumarle un plataformeo tan errático que en momentos puntuales es tan molesto que hace que sobrevuele la tentación de abandonar el juego (aquí hay un poco de todo, desde pulsaciones que no responden al momento a saltos asequibles que fallan sin explicación).
De todas formas, no hablamos de la norma, sino de problemas puntuales o de cuestiones que simplemente requieren de uno o dos parches para pulirse. No hay que perder nunca la perspectiva de que no estamos ante una superproducción, sino de un juego de medio presupuesto y, en general, las 14 horas que nos ha llevado completar la primera partida (una vez completada se desbloquea el Nuevo Juego+ que nos permite conservar recursos y habilidades) han resultado una experiencia muy estimable.
Analizada la versión de PlayStation 5



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