En los últimos años los juegos estilo ciberpunk o steelpunk se han ido posicionando de forma realmente interesante dentro de la industria. Estos juegos se han caracterizado por una ambientación increíble, una historia que conseguía atrapar sin tapujos al jugador. Ahora, más cerca el steelpunk que del ciberpunk, nos llega Steel Seed, un juego que sumerge al jugador en un futuro distópico donde la humanidad lucha por sobrevivir en las profundidades de la Ark, una colosal ciudad subterránea ahora dominada por máquinas hostiles y que no permitirán que ningún ser que se escape a su control permanezca más en la tierra. Controlamos a Zoe, una ágil y robótica protagonista, cuya misión es crucial para la supervivencia de los últimos humanos. Su destreza en el combate y su habilidad para el parkour son fundamentales para navegar por los peligrosos entornos y enfrentarse a los autómatas que patrullan el lugar. Todo esto, junto con una atmósfera opresiva, consiguen meter de lleno al jugador en la propuesta.
Un componente distintivo del juego es Koby, el dron compañero de Zoe. Koby no es solo un apoyo pasivo, sino una extensión de las capacidades de la jugadora. Puede explorar áreas remotas, interactuar con el entorno para resolver puzles y ofrecer asistencia táctica en combate, ya sea atacando enemigos o creando distracciones. La sinergia entre Zoe y Koby es esencial para superar los desafíos, fomentando una jugabilidad que combina la acción directa con la estrategia y la utilización inteligente de ambos personajes. Para que os hagáis una idea, Koby recuerda mucho al robot que nos acompañaba en Stellar Blade, pero en aquel entonces, el personaje robótico únicamente estaba para ser un apoyo en la exploración, ya que tenía cero utilidades ofensivas, como sí que tiene Koby. Aunque una cosa que se debe tener en cuenta es que no podemos dejarle demasiado alejado de nosotros porque si no se perderá la señal y no podremos volver a utilizarle hasta que lo tengamos de nuevo con nosotros.
En cuanto a la historia principal, la trama busca sumergir al jugador en los misterios de la Ark y la lucha de Zoe por encontrar a su padre y saber mucho más de lo que ocurrió en el mundo. Pero el principal problema del juego es el contenido secundario, que se siente menos desarrollado y no ofrece demasiados alicientes al jugador, haciendo que este quiera ir rápido a la trama principal, mucho más rica… pero que no deja de ser una historia con infinidad de clichés. Todo esto limita la exploración y la inmersión en un mundo que, por su diseño, podría haber ofrecido experiencias más ricas y variadas. Se nota mucho las influencias que ha tenido el juego, que no puede escapar de asemejarse a NieR: Autómata en su mundo y, en especial, a Dark Souls en su sistema de combate, un combate muy fluido y del que tendremos que huir en más de una ocasión para no morir en el intento. Pero lo principal dentro del juego es el parkour y el sigilo, pues son las principales señas de identidad. El parkour porque no pararemos de escalar, de subir a bases y un largo etcétera, y el sigilo porque el juego está pensado en su mayoría para que todos los combates lo hagamos en las sombras, al más puro estilo Assassin’s Creed.
Técnicamente, el juego cumple sin más, con un rendimiento generalmente fluido y entornos detallados, aunque tiene algún momento donde el juego va a trompicones. Sin embargo, se aprecian picos de dificultad inconsistentes que pueden frustrar al jugador, y la variedad visual de los escenarios puede volverse repetitiva a medida que se avanza en la aventura. A pesar de sus ambiciones y la interesante mecánica de juego dual con Zoe y Koby, Steel Seed se apoya en mecánicas ya conocidas, ofreciendo una experiencia para un jugador competente pero que podría haber destacado más con una mayor originalidad y un contenido secundario más elaborado.
Analizada la versión de PC (Steam).
Disponible desde el 22 de abril en digital, Meridiem Games editará Steel Seed en formato físico para PlayStation 5 a partir del 23 de mayo.
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