Inés París ha presentado en Málaga una comedia alocada. un vodevil con sorpresas, una reunión de grandes actores, una comedia para disfrutar… Se puede denominar La noche que mi madre mató a mi padre de muchas formas. Ella ha escrito y dirigido esta historia en la que no todo es lo que parece.

P: ¿De dónde nace la idea de La noche que…?
R: Nace de una cena de amigas, en la cual una de ellas se le ocurre contar que ha tenido la peor idea de su vida, que fue incluir en una cena familiar a su ex. Y a partir de ese momento no me enteré de nada más de lo que se hablaba en esa cena porque estaba todo el rato pensando que ahí había una película. Lo que pasa es que no quería que lo que sucediese a partir de ese punto de partida fuese esperable. Quería jugar con las expectativas de los espectadores y que sucediese algo inesperado, distinto y tal. Estas cosas te las quedas en la mente, les vas dando vueltas, pero muchas veces no se te ocurren cuando se te ocurren. Y un día recogiendo la cocina, que no sé por qué en ese momento me viene la creatividad a la cabeza, vi que lo que había era un juego entre la verdad y la mentira. Ese fue el origen. Después en una cena con Fernando Colomo y Beatriz de la Gándara, se entusiasmaron y Fernando y yo nos encerramos a escaletar la historia.

P: ¿Es guión entonces, lo habéis hecho juntos?
R: No, he sido yo sola pero él me ha ayudado a escaletar, que en este caso era muy difícil estructurar cómo tenía que pasar, cómo movíamos la información y todo dentro de una casa. Ha sido una tarea muy importante.

P: ¿Habíais pensado en algún sustituto de Peretti, si éste hubiese llegado a fallar?
R: Es que no era para Diego Peretti en un principio. La película era escrita para John Malkovich. Aunque alguien me dijo en su momento que era mala idea, eso os va a parar la película. Pensamos que por contactos podríamos contactar con él y al final no fue así, con lo cual una vez visto eso dimos vueltas a ver qué actores podían hacer este personaje. Escribí varios guiones distintos para varios actores. Al final Beatriz y yo vimos que era un acierto lo de Peretti. Con cada actor yo veía cómo adaptar el texto para ese actor. Y aquí él hace de sí mismo, así que no salía de mi imaginación sino que tenía que ser como era ese actor. Al ver que Peretti es psiquiatra, vi que iba perfecto para esta historia.

P: ¿Cómo te consideras tú dirigiendo? ¿Crees que en comedia es el director quien tiene la última palabra?
R: En esta profesión, al tratarse de cine la última palabra la tiene el director. Simplemente porque eres la persona que está en el proceso -y más si eres guionista- de principio a fin. La visión, las elecciones y la decisiones finales las tienes que tomar tú. Eres quien decide las tomas que vas a usar. Lo cual no quiere decir que durante ese proceso no impliques a muchísima gente. Para mi son muy decisivas las colaboraciones. Yo creo, y alguna vez me lo han criticado, que un director o directora debería ser muy autoritario, y que su equipo le temiera. No es mi estilo para nada. Me gusta mucho liderar equipos, me gusta mucho también el trabajo de escritura aunque es una labor más solitaria, pero lidero equipos intentando que la gente saque lo mejor de sí misma y que aporte todo lo que puedan. Yo quiero un clima de creatividad. Y ese clima lo ha habido aquí: en los ensayos han aparecido cosas que se han ido incorporando. Cuando llego al set sé lo que quiero, el texto está marcadísimo, pero previamente me he sentado con ellos y he reescrito.

P: ¿Entonces no les dejas tanta libertad?
R: Es que en el momento que se grita «¡Acción!» sí que tiene estar muy marcado. Tengo una formación teatral (estuve muchos años en el Teatro Español como ayudante de Miguel Narros) y a mi lo que me es más cómodo es hacer una puesta en escena teatral. Pero esa puesta no es casual. Les marco las frases en las que se va a mover y lo que van a hacer o cómo mirar. Y cuando yo tengo eso, que es realmente crear un sentido, es entonces cuando decido cómo voy a trabajar con la cámara. Aquí se siguió así.  Cuando se llega a ese momento todo el mundo sabe lo que tiene que hacer. En la primera etapa de ensayo hago ensayo como teatro de lectura, y ahí ellos empiezan a trabajar con su personaje y cuál es el ritmo. Ahí aparecen cosas: Eduard por ejemplo aportó la idea de que su personaje estaba cansado, y dando ideas surgió que se pusiera un pijama. O también, tanto Patricia (Montero) como Belén (Rueda) son rubias, y ensayando con Patricia, dado que ella estaba preparando un personaje, salió lo de la peluca pelirroja. Peretti no entendía por qué llegaba a la escena del baño en el guión. Para llegar hasta allí, necesitaba encontrar más pruebas para que acabase así. y así más cosas. Una vez que está escrito, ya está.

P: Y tras este trabajo ¿No te dan ganas de escribir un thriller, o algo más serio?
R: Yo ya he escrito thriller para televisión. Hace años hice El pantano. Este año estoy trabajando en la adaptación de una serie turca para Globomedia, y es un thriller de nuevo. Soy muy lectora de novela negra y el género em encanta. Estuve a punto de hacer uno hace muchos años para Telecinco que al final no salió, una historia cercana al terror y de thriller. Al igual que la comedia es una construcción de qué información vas dando en cada momento. Y en estos años, que me ha costado tanto levantar un nueva peli de ficción, ha sido una gran fase de aprendizaje porque he estado haciendo documentales, que también te da un gran dominio de lenguaje narrativo.

P: ¿Y te casas al final con algún género?
R: Creo que no hay que elegir. Creo realmente que lo bueno de esta profesión es hacer cosas muy distintas: yo quiero seguir trabajando en el terreno documental porque colaboro con una Fundación, Mujeres por África, y hacemos un trabajo que es muy trascendente, porque de otra manera sería invisible. Mi naturaleza me lleva mucho a la comedia, porque yo creo que tengo una visión de la realidad muy irónica pero muy optimista. Estoy muy cómoda. Y claro que me gustaría hacer algún que otro thriller. Las mujeres hemos hecho pocos trabajos sobre lo que es el terror, la intriga y la tensión.

P: ¿Y cuanto le queda al cine para que sea igualitario?
R: Uff,… Estamos en ello. Algunos datos dicen que este año ha aumentado el número de directoras. De hecho en los últimos Goya había dos nominadas, Paula Ortiz e Isabel Coixet. El panorama es bastante irregular, depende mucho de los años. Yo siempre digo que cuando una película depende sólo de la voluntad de la persona que está al frente, no hay problema. Sin embargo, para conseguir financiación, seguimos teniendo muchas dificultades. Es verdad que estamos en un momento que yo auguro buenísimo; el hecho de que Meryl Streep y tantas más hayan alzado la voz pidiendo que haya más mujeres en la industria, hablando de que quieren apoyar a esas mujeres guionistas de más de 40 años y a las jóvenes por otro lado. Ahora hay un montando de series en la televisión norteamericana, dicen que el feminismo está de moda, que los personajes femeninos, potentes y complejos están triunfando. Yo creo que tenemos un momento por delante muy bueno.