Increíble pero falso: Plantel de secundarios desaprovechados

TitularRicky Gervais, renovador de la comedia inglesa responsable de series como The office o Extras, salta a la pantalla grande como responsable junto a Matthew Robinson de Increíble, pero falso película de producción americana, estrenada en Octubre de 2009 en EEUU. Comedia romántica de género donde mediante una suerte de fábula utópica o distópica, según el prisma desde el cual se mire, Mark (Ricky Gervais), hombre gordo y poco agraciado enamorado de Anna (Jennifer Garner) una guapa y exigente joven, descubre que puede mentir en una sociedad en la que la todo se articula en torno a la verdad, que es la única realidad conocida.

Independientemente de las trabas y deformaciones formales que esto supondría en la estructuración y organización social actual, Increíble, pero falso se sitúa en una realidad similar a la de cualquier población occidental existente, salvo por pequeños matices anecdóticos que tras terminar la película, resultan ser los puntos fuertes de la narración. Matices como la expresión del mensaje publicitario en una sociedad extremadamente sincera, la articulación de la industria cinematográfica, de corte hiperrealista narrativo en el sentido más extremo del término o los parámetros en que se llevan a cabo las relaciones interpersonales entre los ciudadanos, sin tener en cuenta convenciones sociales como la educación o la moralidad y que dan lugar a situaciones extremas, propias de un Larry David lobotomizado.

TitularEn medio de este peculiar orden, Mark que consigue ser el único hombre con la posibilidad de mentir y por tanto de imaginar, se erige como neo-mesías hipercapitalista de una sociedad materialista hasta el genetismo donde se tratan de inculcar valores humanistas y hedonistas hasta el colapso. De este modo, el creador termina destruyendo su creación por amor en un alarde de sinceridad, procreando el germen de una sociedad que pierde su sentido lógico en post de la inteligencia emocional.

A destacar los primeros quince minutos de metraje, de gran originalidad, que articulan una introducción de extraordinario valor cómico. Y el numeroso plantel de secundarios, entre los que destacan Jeffrey Tambor, Tina Fey o Rob Lowe, desaprovechados en exceso en primacía de una trama romántica que convierte la comicidad inicial en mero vehículo anecdótico del relato romántico.

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