Conozcamos a dos hermanos, dos hombres criados desde niños para ser científicos que ahora, con cuarenta y tantos, se dan cuenta de que sus esfuerzos por salvar el planeta a través de la ciencia y sus desvelos no sólo no son escuchados, sino que les han convertido en dos inadaptados sociales, dos solitarios que se refugian en su campo de estudio para huir de la realidad.
Escrito así parece más un drama que una comedia, ¿eh? Nada más lejos de la realidad. ¿Para qué sirve un oso? es una comedia fresca, de ritmo rápido y, ante todo, muy entrañable.
¿Para qué sirve un oso? divierte, además, partiendo de un tema tan en boga como el ecologismo. Se trata de una película que no renuncia a la tarea de concienciar, pero lo hace de un modo tan simpático que no molesta ni aburre, sino que proporciona casi dos horas de entretenimiento para toda la familia… refiriéndonos, claro, a que hay chistes tanto dirigidos a los adultos como para los más pequeños o todos a la vez.
La historia
Tom Fernández nos presenta una historia original, atractiva e internacional (cambiemos Asturias por cualquier otro enclave y el oso por cualquier otro animal autóctono en vías de extinción y ya tenemos la historia adaptada a otro país), que llama mucho la atención en medio de un panorama lleno de remakes y segundas partes. La jugada le sale tremendamente bien; justo el año en que se ha estrenado El Oso Yogi, nos trae una historia en la que un grupo de personas, en lugar de querer librarse de un animal ladrón de cestas de comida, esperan la aparición de la «bestia peluda».
Los actores
Como pareja interpretativa le acompaña un Gonzalo de Castro que le da una réplica perfecta personificando al típico cascarrabias al que cada desgracia que le ocurre es un motivo de carcajadas entre el público, pero al que al final todos desean el éxito (aunque sólo sea por cuestiones del karma).
Completa el elenco protagonista un simpático Jesse Johnson (Vincent o «Chaval«). El hijo del famoso Don Johnson (Corrupción en Miami) interpreta a un auténtico defensor de la ecología que admira a los dos hermanos hasta el punto de pasar por un personaje tan manso que dan ganas de adoptarle.
Del resto de actores cabe destacar a Geraldine Chaplin cuyo personaje no es madre porque no lo quiere así la trama, pero actúa tan bien y de forma tan cómica que lo olvidas durante todo el metraje.
El Director/Guionista:
Fernández tiene el enorme mérito de plantear un guión con diálogos desternillantes y demuestra que no hace falta más que un puñado de buenos actores, tres o cuatro emplazamientos y muchas ganas de hacer las cosas bien para que salga una comedia en condiciones, que mantenga al público con una sonrisa de oreja a oreja cuando no está soltando alguna carcajada. Por otra parte, como buen conocedor de su tierra, las localizaciones son espectaculares y un regalo para la vista (incluso, cómo no, las breves escenas rodadas en Islandia).
La Banda Sonora:
A cargo de Mauricio Villavecchia, compositor catalán que ha hecho poco ruido a nivel nacional pero que nos regala una banda sonora muy agradable de escuchar y que le presta un apoyo magnífico a la acción.
En resumen:
«Eso es la zoología: Hambre, paciencia y montones de mierda» dice el personaje de Alejandro al inicio del film.
Pues eso, como suele decirse en el ambiente del teatro, mucha mierda (mucha suerte) para esta divertidísima comedia. Se la merece.
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