«¿Quién quiere verme matar a un dios?«

Batman se ha enfrentado a Darkseid. El Caballero Oscuro ha vencido a una de las mayores amenazas del Universo DC y ha vencido… pagando como precio su propia vida. O al menos eso se da a entender en un principio en uno de los últimos grandes crossovers de la editorial norteamericana: Crisis Final. Sin embargo, ya sea porque el mundo del cómic es así o porque no podemos vivir sin el mayor justiciero de Gotham, Batman volvió de entre los muertos y un enorme Grant Morrison se encargó con la miniserie de la que hablo en este artículo de explicarnos qué ocurrió con el tipo más duro de Detective Comics.

Este cómic, como muchos de los grandes, habla de un viaje de autoconocimiento. Nos pone frente a un Bruce Wayne desmemoriado para ir construyendo desde ahí al héroe que todos conocemos. Y para hacerlo Morrison tiene una original idea: atrapar a Wayne en una cárcel hecha de tiempo en la que se vea forzado a viajar hacia adelante desde los albores de la humanidad y hasta el final de los tiempos como penitencia por haber derrotado al señor de Apokolips.

«Reservo mi fuego para los rivales que se lo hayan ganado«

El guionista se rodea de un equipo de dibujantes formidable para presentarnos una manera única de ver no sólo ya al Caballero Oscuro, sino a la propia ciudad de Gotham. A principios de año tuvimos el placer de ver parte del pasado de la ciudad a través de los ojos de los Búhos que la reclamaban como suya, ahora (aunque esta serie es de 2010) el vistazo es mucho más amplio y se nos enseña la profunda relación entre los murciélagos y la ciudad gótica, una relación que no sólo hunde sus raíces en la Historia, sino también en lo más profundo del alma humana. Está claro que con Bruce de por medio veremos una y otra vez al mamífero volador plasmado en las páginas de la trama, pero muchas de estas veces se tratará de un detalle discreto, pero significativo, que sirva para atar los cabos sueltos del argumento.

¿Qué más tenemos? Aventuras de rápido desenlace (casi podría decirse que estamos frente a 6-7 historias cortas), una variedad de géneros y estilos que nos hace quitarnos el sombrero ante el ingenio de Morrison y una trama de fondo un tanto complicada si no conocemos demasiado bien a Darkseid (o si no hemos leído Crisis Final), pero que no entorpece la lectura de este tomo. Grant Morrison ha protagonizado una de las mejores etapas de Batman en DC y este cómic es uno de sus máximos exponentes. El guionista no necesita ni tan siquiera que su personaje estrella esté inmerso en el mundo real y rodeado de los amigos y enemigos de siempre. Le basta y le sobra con un breve repaso a las clases de Historia de los Estados Unidos para moldear una trama excitante e intrigante por partes iguales.

El dibujo, sobresaliente, cae en manos de Chris Sprouse, Frazer Irving, Yanick Paquette, Georges Jeanty, Ryan Sook, Pere Pérez y Lee Garbett y en las ilustraciones podemos encontrar de todo: desde homenajes claros al pasado del Caballero Oscuro (Frank Miller estará orgulloso) hasta referencias históricas -y fílmicas- que harán las delicias de los más «frikis». En resumen, El Regreso de Bruce Wayne es uno de esos cómics que deberíais colocar al lado del Largo Halloween o el Batman de Miller para poder presumir de una colección sobre el Caballero Oscuro como Dios manda.