Las bombshells deceítas finalmente parecen abocadas a pasar a mejor vida con más pena que gloria. Al menos en lo que respecta a nuestro país. El concepto era muy interesante y el primer volumen apuntaba maneras, pero ahora que nos encaminamos al final, parece más un producto licenciado que otra cosa y, de hecho, ECC Ediciones (quien publica la colección en nuestro país) no ha dado visos de que vaya a concluir la publicación de la serie (después de los cinco tomos que componen la primera temporada de Bombshells, hay una segunda que toma por título Bombshells United). Aún así, la colección liderada por Marguerite Bennett tiene puntos a su favor y aún nos queda un tomo para valorar en su conjunto la trayectoria de esta primera etapa.

«¿¡No has tenido suficiente carnicería, perra!?«

El volumen dedica sus primeras páginas a cerrar los flecos de una aventura en Gotham en la que las bat-girls debían luchar contra Hugo Strange, doctor nazi que podría competir con el sadismo de Josef Mengele, y los aliados que había reclutado entre los villanos habituales de las calles gothamitas. Esta trama concluye abriendo un frente con Lois Lane de protagonista que, suponemos, tendrá su recorrido en el quinto libro de la serie.

Aparte de esta deuda con el tomo anterior, Reinas centra su atención en la alianza que hace Vixen con Batgirl, Catwoman y Renée Montoya para recuperar una antiquísima tecnología que se hallaba enterrada en su hogar y por la que las tropas de Hitler tienen especial interés. La eterna obsesión nazi con las artes oscuras, que tantas alegrías ha dado a la ficción durante décadas. Algunas de las situaciones y diálogos vistos aquí evocan a los dos primeros tomos de la colección, lo que refleja el interés (y el esfuerzo) de la colección por construir un relato bien cimentado y que sepa retroalimentarse de las diferentes aventuras que componen este universo.

Por contra, en su intento por innovar y alejarse de los elementos canónicos, la guionista echa a perder un personaje como Cheetah enrolándola en una aventura con animales mecánicos salidos de un spin-off de Transformers que rompen con el imaginario creado hasta el momento en el mundo bélico de las Bombshells. Luego se le da una explicación al porqué de estas creaciones, pero es demasiado rebuscado y no convence. Bennett cae aquí en el defecto de las peores sagas de Injustice (otro de los universos alternativos más longevos) triturando personajes y conceptos de la continuidad oficial con la mentalidad de «es lo que toca» en lugar de utilizarlos según necesidades de la historia.