Si el final abierto de Escape Room (2019) no dejaba sus planes lo suficientemente claros, el éxito en taquilla confirmó lo que es ya una realidad con el estreno de Escape Room 2: Mueres por salir, estamos ante la sucesora natural de sagas como Destino Final o Saw, destinadas a divertir al público haciéndole sufrir en las butacas del cine. Adam Robitel, director del filme original y de esta segunda parte habla en esta entrevista acerca del reto que ha supuesto Escape Room 2: Mueres por salir, tanto a nivel técnico, como actoral; de sus sensaciones al abordar un filme más ambicioso y del posible futuro de Escape Room como nueva franquicia de terror.
Pregunta: La primera película fue un gran éxito en el mundo entero, ¿cómo viviste toda esa experiencia?
Adam Robitel: Pues todavía me parece algo surrealista, no me parece algo real. Si te soy sincero, cuando termino una película no sé si es buena o no. Al final odio cualquier cosa que estoy haciendo. La he visto mil millones de veces y me acaba agotando. Entonces empieza un curioso proceso en el que me desentiendo y pasa a ser algo distinto, es como un animal. Así que me sorprendió gratamente que fuese tan bien en taquilla. Tengo la impresión de que los escape rooms son muy populares y son un reflejo de la cultura actual. Pensé que si les hacíamos justicia podría funcionar. Es una película muy visual, cada habitación es como una película en sí misma. Me emociona mucho el lenguaje visual que desarrollamos. Pero si te dijese que sabía que iba a ir bien estaría mintiendo.
Otra de las cosas que me impresionó tiene que ver con la idea preconcebida que tenemos de las películas de terror, donde los espectadores gritan y se asustan. Cuando hicimos proyecciones de prueba de Escape Room, los espectadores no gritaban, estaban callados. Así que cada vez que la proyectábamos pensaba que todo era un desastre. La odiaba porque ellos no reaccionaban. Lo que ocurría es que estaban viendo la película muy concentrados. Fue una lección que tuve que aprender. Intento absorber la reacción de la gente, lo que les gusta y lo que no, pero al final tienes que dejarte llevar por tus propios instintos con lo que la película necesita.
P: A los espectadores les han encantado los escenarios basados en un escape room. Sabiendo que ahora ya conocen la dinámica y esperan algo mejor y más grandioso, ¿cómo acabaste haciendo una secuela?
AR: Hubo alguna versión inicial en la que quería contar más de la historia original del villano, aunque se hizo evidente a través de comentarios que si contaba demasiado, por mucho que la gente pensase que quería saber quién se escondía tras la cortina, como en El Mago de Oz, en realidad no quieren saberlo. Acaba con el misticismo y omnipresencia de la organización.
Sin duda había mucha presión para hacer algo más grande y mejor. Siempre me ha encantado la idea de que la secuela básicamente contase todo sobre tu vida, desde las decisiones que tomas, quién es tu gente más cercana, en qué sitios has estado… ya nada es seguro y no puedes confiar en nada. Minos tiene sus redes por todos lados y no puedes confiar en nadie. Me parece una idea terrorífica justo saliendo de una pandemia, en la que nuestras vidas han dado un vuelco y hemos sido vulnerables. Me parece un tema genial.
Así que se me ocurrieron ideas como la del vagón de metro, en el que piensas que estás en el mundo real pero de repente descarrila. Y entonces te lleva a nuevas habitaciones. Creo que la playa es una locura, aun siendo sus visuales su punto fuerte fue algo muy difícil de rodar. Había mucha presión por hacer que cada habitación fuese más compleja. Aunque creo que lo genial es que hayamos ampliado el universo de Minos. En esta secuela aprendemos que Minos puede ser mucho más manipuladora y fría de lo que pensábamos, que no tiene solo que ver con los escape rooms sino que mucho de lo que hacen es manipular, tienen mucho personal implicado y poseen un tecnología alucinante. Eso hace que sean mucho más terroríficos.
P:¿Cómo de difícil ha sido rodar las escenas en cada habitación ahora que todo es mucho más grande y complejo?
AR: En cada habitación y cada secuencia de la secuela pensábamos que habíamos rodado la escena más difícil de nuestra vida, hasta que a la semana siguiente cambiábamos de set de rodaje y se presentaban una nueva serie de retos. Creo que rodar la escena del metro nos tomó ocho días enteros, y ese es un buen ejemplo de la complejidad del resto de escenas. Construimos un vagón de verdad, así que no había dónde esconderse, no había paredes móviles y fue muy difícil de rodar. La logística de la escena del banco, con todos los rayos láser, fue un reto enorme. En la habitación con la lluvia ácida tuvimos que manejar cantidades ingentes de agua, y todo el decorado tenía que ser cambiado constantemente. Cada pieza del decorado está hecha a mano y tienes que averiguar después cuál es su sitio. El equipo de diseño de producción liderado por Ed Thomas ha sido espectacular.
Durante la preproducción iba mirando por ahí y apuntando dónde podríamos poner una cámara. ¿Por qué no en el techo? Pero si la ponemos ahí, ¿se va a chocar con la viga? Todo ha sido un reto. La escena de la playa tenía 22.000 toneladas de arena. Olía a cangrejo muerto y cada vez que caminabas por la arena se te metía en los ojos. A algunos actores se les han rallado las córneas. El equipo de efectos especiales metía aire dentro de la arena, así que cada vez que ves a alguien o algo hundirse, es real. Teníamos que esperar un minuto a que empezase y luego igual te dabas cuenta de que el actor se hundía demasiado rápido, así que teníamos que empezar de nuevo. Luego trabajamos también con agua. Teníamos un tanque de agua enorme. Crear una película con ideas tan espectaculares con este presupuesto ha sido todo un reto. Al llegar al final hubiese necesitado una transfusión de sangre o un cóctel. Ha sido muy difícil, pero he tenido un gran equipo.
P: ¿Tienes una habitación favorita?
AR: Todas son preciosas. Durante el rodaje lo ves todo de una forma en particular, y entonces le meten color y cambia totalmente lo que ves y te parece una película preciosa. Así que estéticamente me gustan todas. Me encanta como ha quedado la lluvia ácida. Me gusta la escena del vagón de metro porque era algo que tenía en mente. Quería empezar la película a tope y me encanta como ha quedado. El banco también es glorioso.
Incluso la escena del motel fue genial. Había una parte del techo que iba descendiendo con unos motores hasta prácticamente aplastarle la cara a Logan Miller. Era como un tributo a la primera película cuando es aplastado en la biblioteca, aunque en esa escena contamos con muchos cortes y montaje de planos. En esta película quería que el techo descendiese y no quería que hubiese ningún corte, en la primera los hicimos porque no había otra forma. Tuvimos que averiguar dónde tenía que ponerse él y dónde el operador de cámara mientras descendía el techo, pero de repente descubrías que el operador iba a quedar aplastado, entonces averiguamos cómo cortar una parte del techo para que se elevase justo cuando llegase a donde él estaba y no le sepultase. Dicho de otra forma, he aprendido mucho de estas películas (ríe).
P: Los espectadores están emocionados de que Taylor Russell y Logan Miller vuelvan a ser protagonistas en Escape Room 2: Mueres por salir. ¿Cómo ha sido para ti volver a tenerles como centro de esta secuela?
AR: Es genial que haya continuidad. Taylor y Logan son unos actores increíbles y a los espectadores les encantaron sus personajes. He trabajado duro en estas películas para crear una relación con el espectador. Zoey (Taylor Russell) está empecinada en demostrar que no está loca. Ben (Logan Miller) es un borracho que fuma en la primera película, su vida es un desastre y nunca serían amigos en la vida real. Pero el hecho de vivir juntos los acontecimientos de la primera película les une. Me encanta esa idea. Creo que eso les convierte en una pareja protagonista muy divertida. Ben sabe que ella es como Lois Lane, sabe que se va a meter directa en la boca del lobo porque solo busca venganza. Al final estas películas se supone que deben ser una montaña rusa de emociones, y siempre ayuda si tienes personajes con los que los espectadores empatizan.
P: ¿Les has exigido más en las escenas de acción de esta película?
AR: Logan probablemente tenga un muñeco vudú de mí en su casa por todo lo que le hice pasar. Si no le está aplastando algo, está cayendo desde una altura a un remolino de arena o se está congelando en un tanque de agua en Budapest. A algunos actores les gusta mucho la acción. Yo incluso hice algo de joven. Me encantaba estar colgando durante tres horas de cables y acabar con dolor en la entrepierna, pero a otros no les gusta eso. Es mi trabajo ser una mezcla de terapeuta y entrenador. Con suerte terminábamos el día sin que rompiesen nada. Aunque han sido muy pacientes con un proceso que a menudo ha sido arduo y caótico.
Los otros actores del reparto también han trabajado con mucho ánimo y han aportado muy buena energía. Indya Moore tenía una escena espectacular donde estaba acorralada por rayos láser en el banco y los otros jugadores tenían que guiarla. El dolor abrasador del láser hizo que aumentase la tensión en el banco. Thomas Cocquerel se lleva algún meneo también mientras atraviesa las baldosas del banco y la arena. Holland Roden había hecho bastantes escenas de riesgo en Teen Wolf así que se apuntaba a hacer todo. Acabó con los ojos llenos de arena porque le proyectamos de lleno una tormenta en su cara, y aun así no le importo repetir la escena una y otra vez. Carlito Olivero, que es bailarín, tuvo una escena muy impactante en la que lo dio todo. Así que todos estuvieron bastante dispuestos a dejarse la piel y sabían que iba a ser como un campo de entrenamiento.
P: Lo maravilloso del nuevo reparto es que te los puedes imaginar fácilmente protagonizando su propia película de Escape Room.
AR: Sí, quería a personas que se metiesen bien en la piel de su personaje, que pudiésemos sentir que ya habían pasado por mucho. Creo que todos aportaron seriedad a su trabajo. Esta película es distinta ya que las habitaciones no giran en torno a la historia de los personajes, así que algunas personas pueden llegar a pensar que no saben tanto de los personajes como en la primera película. En esta película las habitaciones te llevan a una revelación final, aunque es un secreto.
Me parecía importante encontrar a personas que tuviesen mucha presencia. Que se viesen sus traumas pasados y cómo responden a él. Todos estaban muy dispuestos a llevar ese dolor consigo mismos. Cada uno ha pasado por su propia guerra en un sentido. Por otro lado también quería caras interesantes, alguien que quedase bien en el decorado y con el resto de reparto. La diversidad y representación del mundo real son cosas importantes para mí, pero siempre elijo al mejor actor para el papel. Quiero actores que se hagan con el personaje de una forma única y aquí lo hemos conseguido. De alguna forma es una película centrada en las mujeres. A los hombres les ocurren peores cosas, aunque las mujeres tienen más trucos bajo la manga para salir de las habitaciones. Los tíos acaban peleándose y siendo tíos al fin y al cabo. Zoey es una jugadora de nivel Mensa, así que siempre visualicé como si el creador de puzles tuviese fijación por ella. La misma que Hannibal Lecter tiene por Clarice Starling. Tienen fijación por Zoey, como con un juguete. Creo que eso es algo divertido de explorar en futuras películas.
P: Estas películas también nos presentan personajes femeninos fuertes que no son para nada débiles.
AR: Esa es una decisión consciente. En películas en las que se mata gente es normal encontrar personajes prescindibles. Teníamos a Zoey y Ben como los supervivientes de la primera película, así que en vez de tomar la decisión típica de equilibrar los sexos pensamos que sería mejor decir que no, que esta película no iba a ser así. Aunque estas películas van tan rápido que no tienes mucho tiempo. Hay un momento en la playa en el que alguien sucumbe, pero no hay tiempo para llorar. Hay tanto en riesgo y tanto peligro, que solo puedes seguir avanzando. Personalmente siempre me llaman la atención los personajes femeninos poderosos. Creo que no se ven lo suficiente. Además pueden ser heroínas de acción pero también inteligentes. Creo que Escape Room empodera de alguna forma a los empollones, y eso me hace muy feliz.
P: Escape Room es intensa pero no grotesca. ¿Por qué decidisteis que estas películas diesen miedo pero no fuesen sangrientas?
AR: Mira, me encantan esas películas. Me encanta Saw, me encanta Cube, me encanta Destino Final, me encanta el cine de terror. Pero con Escape Room los productores me dijeron que querían hacer una película que pudiésemos enseñar a nuestros hijos. Y esa fue la premisa. Al principio me apetecía mucho cortar por la mitad a alguien con un láser, pero tuve que trabajar con ese obstáculo y convertirlo en una ventaja. Hitchcock enseñaba al espectador una bomba debajo de una mesa y entonces empezaba una conversación que hacía que el espectador sudase de los nervios (ríe). No dependemos de la sangre. No estoy para nada en contra de ella, pero era algo que me venía impuesto y tuve que trabajar con ello. Y estoy contento de haberlo hecho. Me ha llegado mucha gente que me ha dicho que no pueden ver Saw ni Cube, pero sí pueden ver esta película y disfrutarla, que pueden verla con sus hijos. Así que esas fueron las órdenes básicamente.
P: ¿Qué tipo de universo estás construyendo con la franquicia de Escape Room?
AR: Creo que no hay límite. Creo que sería aburrido hacer solo escenas cerradas, se tiene que expandir de formas distintas no tan obvias. Me gustaría crear una antología y abordar también el origen de la historia del villano. Otra idea que creo que es muy graciosa es empezar una película con clientes de Minos. Están en alguna fiesta de clase alta y piensan que son los espectadores, pero entonces acaban dentro del juego.
Así que hay muchos caminos que podemos tomar, en el mundo de la ciencia ficción o no, pero lo que sí me gusta es la idea de que no tengamos control sobre nuestras vidas. Creo que esa idea da mucho miedo y puede tomar muchas direcciones.
Como humanos creo que buscamos patrones. Lo vemos en Estados Unidos, donde la mitad del país piensa una cosa y la otra lo contrario. Estamos en una época incierta donde una película como esta tiene ecos en las teorías de la conspiración, los iluminatis y los masones. Cuando sacamos el tráiler de la primera película, el primer artículo impreso que nos publicaron fue una disertación de diez páginas sobre toda la simbología iluminati de la película. Puede que haya sido inconsciente, pero reafirma la teoría de que buscamos patrones por naturaleza. Creo que esto explica porqué la película tuvo tanto éxito, volviendo a tu primera pregunta. Este tipo de películas te invitan a investigar. Sería divertido ir tirando miguitas de pan y adentrarnos en el mundo de J.J. Abrams. Podemos ir en muchas direcciones jugando con la realidad, igual podrían ni haber salido de Chicago.
P: ¿Cómo ha sido volver a rodar en Sudáfrica?
AR: Rodamos la mayor parte de las dos películas en Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. Ciudad del Cabo es un sitio espectacular para hacer una película. Es probablemente uno de los mejores sitios del mundo en términos de equipo y resultado. Ha sido una maravilla aunque muy muy difícil. Estás alejado de tu familia y de la gente a la que quieres. Es como ir a la guerra, con tu infantería. Tenía a Ed Thomas el diseñador de producción, tenía a Marc Spicer, a Phil Whaley, y creamos un grupo cerrado al final.
Es duro mientras estás trabajando, pero de repente un día te levantas y todo ha acabado. Le debo mucho a Ciudad del Cabo, me gustaría darles las gracias. Rodamos el resto de escenas en Budapest, y fueron increíbles también. Hemos tenido equipos alucinantes tanto en Budapest como en Ciudad del Cabo, solo tengo palabras de agradecimiento.
P: ¿Te han gustado alguna vez los ‘escape rooms’? ¿Ha sido algo que odiabas y por eso querías hacer una película sobre ello?
AR: Sinceramente, creo que mi mayor miedo ahora mismo es una sala de espera de Zoom, donde estás atrapado en una reunión de Zoom. (Ríe). No soy muy bueno con los escape rooms, la verdad. Yo era el tipo que se ponía nervioso en una esquina mientras el resto resolvía los acertijos. Sería interesante volver a intentarlo después de haber hecho estas películas, a ver si he mejorado algo. No prometo nada, pero ya veremos.
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