Parece mentira que hayan pasado ya los cuatro días de la Muestra de este año. Parece que fuera ayer no ya cuando entrábamos a ver Capitana Marvel, sino incluso cuando nos presentaron el cartel de la 16 Muestra Syfy de Cine Fantástico con la proyección de Feliz Día de tu Muerte 2. Como ha ocurrido en el resto de ediciones el nivel ha ido subiendo y bajando en cuanto a la calidad de las películas proyectadas, pero no así el nivel de su público, que no sólo no ha defraudado, sino que este año ha estado más entregado que nunca. La familiaridad y la comunión que se produce entre todos los que asistimos al festival de cine sólo se puede percibir al participar de ella. En una sala de cine estamos muchísimas personas de multitud de opiniones y maneras de ver la vida distintas. Pero, por el espacio de cuatro días, reímos a la vez, aplaudimos a la vez, gritamos a la vez y nos emocionamos al mismo tiempo. Eso es algo que no se debe perder y una de las principales cosas que le debemos agradecer a la gente de Syfy, que un año más han sabido actuar de manera cómplice con el público y han logrado una Muestra que funciona como un reloj en su decimosexta edición.

Pero vayamos con las películas que han cerrado la edición de 2019 del festival de cine. Ha habido un poco de todo, como cabría esperar, así que no os entretengo más y me pongo con ello:

Dililí en París (Michel Ocelot, 2018)

Comenzamos mal, muy mal. La cinta de animación francesa que acaba de ganar el premio César a la Mejor Película de Animación es un intento burdo y torpísimo de relato feminista e inclusivo que hace aguas por los cuatro costados. Realizado en una suerte de animación flash sobre fotografías de la capital de Francia, el filme nos pone en la piel de una niña de Nueva Caledonia que investiga los misteriosos raptos de otras niñas en París acompañada por un repartidor en bici y con la ayuda de las principales figuras culturales de la Belle Époque. El gran problema es que toda esta sacada de pecho francesa que farda en su defensa de los Derechos Humanos y de la mujer se emborrona desde el primer minuto cuando uno cae en la cuenta de que Dililí ‘trabaja’ en un zoo humano en el que la exhiben junto a otros miembros de la tribu de los canacos, detalle sobre el que la cinta pasa de puntillas, porque no creo que el bonito mensaje que pregona case muy bien con ello. Peor aún, la cinta tiene momentos absurdos en los que se parece igualar la pobreza con la villanía. Y, para rematar, nos encontramos con un argumento que va dando bandazos, se deja temas abiertos aquí y allá y trata de una manera tan descarada de meternos en vena a todos los nombres importantes de aquella época que más parece un panfleto o un vídeo institucional (como los que nos ponían en el colegio para invitarnos a ahorrar agua) que un filme ganador de un premio tan importante como el César. De las películas más hipócritas que he visto en mucho tiempo y, sin duda alguna, de lo peor que ha pasado por esta Muestra.

Dililí en París

Quiero Comerme tu Páncreas (Shin’ichirô Ushijima, 2018)

Tenía yo muchas ganas de hincarle el diente a esta película. El manga, que adapta la novela homónima y que publicó hace meses ECC, nos dejó alucinados a Gonzalo Olmedo y a un servidor, por lo que había curiosidad en ver cómo se había hecho la adaptación a anime que ahora trae Selecta Vision. La historia gira en torno a una extraña pareja formada por una chica con una enfermedad incurable de páncreas cuyos días están contados y un retraído compañero de clase que averigua por casualidad su secreta condición de salud. Lo que le sigue es una preciosa y dura historia sobre la vida, la muerte y como decidimos enfrentarnos a cada una de ellas. Pese al tremendo drama que encierra esta historia, el mensaje que subyace a ella es tan hermoso que muchos salimos de la sala rumiándolo (y no hay mejor película que esa que te hace seguir pensando en ella una vez las luces de la sala se han encendido y la pantalla vuelve a estar a oscuras). El único ‘pero’ que le encuentro a Quiero Comerme tu Páncreas es que, pese a ser una muy buena película, quizás la Muestra no haya sido el mejor sitio donde estrenarla. El buen resultado hace dos años de Your Name no se ha repetido este año entre un público que no ha tolerado bien los ritmos cinematográficos del anime japonés y que no quería un drama tan intenso para inaugurar la tarde del domingo.

Quiero Comerme tu Páncreas

Diamantino (Gabriel Abrantes y Daniel Schmidt, 2018)

La sorpresa del día. Diamantino es un falso biopic paródico y fantástico de la vida de Cristiano Ronaldo que encierra varios mensajes muy interesantes bajo su primera capa de humor y candidez. Abrantes y Schmidt nos presentan a un futbolista genial con la mente de un crío de siete años que vive maltratado por sus hermanas gemelas y es investigado por (sorpresa) lavado de dinero y evasión fiscal. Diamantino, que es el nombre del protagonista, vivirá una vida relajada hasta que un día se cruce con su yate una patera con refugiados y este hecho le cambie la vida y le obligue a tomar consciencia, hasta el límite  de sus (escasas) capacidades, de la tragedia de la inmigración. Entre tanto, un gobierno portugués que parodia con extrema (y terrorífica) precisión a figuras como la de Trump, Abascal o todas las que han participado en el Brexit, tratará de clonar al astro de su selección al tiempo que lo utiliza para lavar la mente de los votantes y virar la dirección del país a la extrema derecha. Humor y profunda crítica socio-política. Todo ello con un protagonista al que es imposible odiar y que se gana pronto nuestra simpatía. Lo dicho, una de las sorpresas de esta Muestra.

Diamantino

Hell is Where the Home Is (Orson Oblowitz, 2018)

Soporífera y predecible película de home-invasion en la que dos parejas disfuncionales se enfrentan a un grupo de desalmados que, como en otras tantas cintas de este género, les van matando de uno en uno. Como en todas estas ocasiones, lo mejor de esta película ha estado más en el público de la sala 1, entregado al humor, que en el producto en sí. La cinta está plagada de momentos absurdos y conversaciones imposibles entre sus protagonistas que no han hecho sino aumentar la jocosidad del respetable. Para un servidor pasarán a la historia el gusto por la cocaína de uno de sus personajes, el momento ruptura completamente fuera de tiempo y lugar y el inexplicable e innecesario discurso del villano, impropio de la clase de personaje que estaba en pantalla y que no aporta absolutamente nada al, por otra parte, vacío filme.

Hell is Where the Home is

Escape Room (Adam Robitel, 2019)

Cerramos la Muestra de este año con la proyección del cortometraje Flotando, que no ha supuesto nada nuevo bajo el sol pese a resultar pasable y que ha tenido en su presentación a uno de los momentos más locos y mágicos de la Muestra (muy grandes ahí tanto Leticia Dolera como la inconmensurable Itzíar Castro). A ella le ha seguido el preestreno de Escape Room, una suerte de Saw para toda la familia que al que firma estas líneas, personalmente, no le ha llegado a convencer en ningún momento. Excesivamente predecible y pegada a los esquemas de esta clase de películas, Escape Room, sin embargo, tiene buenas hechuras y sabe muy bien como mantener la tensión en su público (Robitel ha cogido experiencia en la saga Insidious y The Taking), con lo que probablemente funcionará a la perfección entre el gran público. Aparte de lo antes expuesto, como digo, la producción que trae Sony a España no tiene apenas fallos y está destinada a un consumo masivo entre adolescentes y amantes del cine de este género.

Escape Room