Escape Room

Escape Room: Trampa descafeinada

¿Saga a la vista? La taquilla será quien decida, pero Escape Room se presenta con la lección bien aprendida para enfrentarse a ese futurible reto. Más cercana a la icónica Cube que a la exprimida Saw, la película de Adam Robitel (malechor al frente de la tercera entrega de Insidious) presenta un thriller de terror que explora las pesadillas que pueden proporcionar unas diabólicas escape rooms, aunque diluidas para pasar el filtro de calificación por edades.

 

Jay Ellis, Logan Miller, Taylor Russell y Tyler Labine

 

Con menos mal rollo y explicitud en las imágenes de la que podría esperarse, Escape Room se plega en exceso a las pautas que rigen este tipo de propuestas, desde el desarrollo de la historia, a los roles que cumplen los diferentes personajes. Si uno tiene cierta experiencia en este tipo de filmes, puede deducir con relativa facilidad en qué momento se producirá el «sorprendente» giro o el orden en que morirán los desgraciados protagonistas (el arranque in extremis del filme le hace un flaco favor a la generación de la tensión y expectativas).

 

Un torpe conservadurismo desde el guion que intenta ser maquillado con diálogos presuntamente ingeniosos y explicaciones cargadas de palabras complejas o de carácter técnico, buscando aparentar un trabajo que no hay. Bragi Schut y Maria Melnik no son capaces de aprovechar el potencial de su premisa y caen una y otra vez en lugares comunes o conceptos ya manidos, pero dentro de ese constante déjà vu dan con alguna idea interesante (sobre todo en la recta final de la película) que podría ser muy divertida de explorar.

 

Taylor Russell

 

La simplicidad de la propuesta no impide, sin embargo, el disfrute de la misma. La poco más de hora y media de duración está muy bien aprovechada, la acción no decae en ningún momento y el solvente reparto (plagado de caras televisivas como Deborah Ann Woll, Tyler Labine o Jay Ellis) funciona como un estupendo reclamo. En comparación con las cintas mencionadas al principio, Escape Room luce un tanto descafeinada, pero si se va con el ánimo de desconectar pasar un buen mal rato, cumple su cometido.

 

 

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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