Mélanie Thierry

Mélanie Thierry: «Tratar la 2GM a través de la mirada de Marguerite Duras nos permitía tener un ángulo diferente»

Mélanie Thierry visita nuestro país para presentar Marguerite Duras. París 1944, film que adapta la novela El dolor de la escritora francesa, en la que relataba su experiencia durante los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial en la Francia ocupada mientras esperaba la liberación de su marido, apresado y enviado a un campo de concentración nazi. Una valiente apuesta por parte de la intérprete, acostumbrada a los retos (como atestiguan sus colaboraciones con directores como Terry Gilliam o Albert Dupontel), con la que charlamos acerca del trabajo con Emmanuel Finkiel (director de la cinta) y la importancia del retrato que han llevado a cabo.

 

Mélanie Thierry

 

Marguerite Duras es una de las figuras más destacadas de la cultura francesa del siglo XX. Escritoria, guionista y directora, escribió más de 40 obras en las que, de una u otra manera, plasmaba sus propias experiencias. Pero lejos de lo que pudiera parecer, el conocimiento de su obra no fue determinante para Mélanie Thierry a la hora de enfocar su actuación. «Lo he leído todo de Marguerite Duras, pero aunque lo hubiese conocido todo de memoria, no me habría ayudado a interpretar mejor el papel. En un momento dado hay que buscar lo que se tiene dentro y cómo se manifiesta y traduce para poder transmitirlo al personaje que estamos habitando«.

 

La intérprete da dos claves a este respecto, muy ligadas a la propia naturaleza de la película. Por una parte «no estamos haciendo un biopic, sino adaptando una novela y en ella Duras se concede ese papel, es un personaje de ficción. Sí, se llamaba Duras y -efectivamente- atravesó esos episodioso trágicos y violentos que cuenta y que marcan el resto de una vida» pero, por otra parte, «Marguerite Duras no existía en ese momento como tal«. Aspecto este que la tranquilizaba, pues en los años en los que transcurre la historia, Duras era una mujer que «todavía no sabía cuál era su gran destino, era una joven entre otras muchas que esperaba a su marido«.

 

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Según Thierry esta anotación resulta muy interesante para valorar la necesidad de una historia como Marguerite Duras. Paris 1944, pues «películas sobre la Segunda Guerra Mundial las hay a puñados«, y casi siempre narradas desde la perspectiva del soldado u oficial de turno. «Son unos acontecimientos que han sido contados hasta la saciedad, y adaptarlos de esta forma, a través de la mirada de Duras, con el hecho de que las protagonistas sean esas mujeres que esperan, a las que normalmente olvidamos o por las que no nos interesamos nos permitía tener un ángulo diferente e interesante«. La película además apunta al conflicto de las dos Francias, la colaboracionista y la aliada. Cuestión de la que «no sabría decir si es una herida cerrada. No hace tiempo que ocurrió aunque lo olvidamos muy rápido. Por eso está bien proponer estas pequeñas vacunas de recuerdo«.

 

Thierry define al director Emmanuel Finkiel como alguien «apasionante, está totalmente dedicado y consagrado al cine» y por el que siente «una admiración intensa, porque aborda el cine como nadie«. A este respecto señala que el cine de Finkiel no es complaciente, sino todo lo contrario, «exigente e intelectual, que puede parecer un coñazo para algunos, pero yo lo encuentro brillante«. A su modo de ver, una de las particularidades del cineasta es que el equipo es mínimo, de unass diez personas como mucho. «No hay maquinaria, script, asistentes… no hay nadie» bromea. Esta forma de trabajar tan particular permite «una creación muy solidaria, fraternal; no hay pérdidas de energía» durante el rodaje.

 

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Sobre el trabajo con Finkiel para abordar las escenas, destaca su perspectiva única.»Te aconseja una película que te dará una idea o una intención con la que trabajar tu capacidad de imaginación. Cuando te da una escena en particular ves a dónde te quiere llevar, ves la trayectoria que tiene que llevar, la emoción que tiene que implicar«. Esto es así porque se formó el equipo adecuado, se creó una conexión que hacía que todo fluyera «de forma natural, con una confianza mutua y una intimidad muy enriquecedora» y subraya que se «sentía protegida porque sabía que me metía en un tipo de cine que me iba a gustar«. Así, a la actriz no se le ocurren referencias concretas para preparar la película, sino que había muchas imágenes. Piensa y cita nombres como los de Kieslowski, Antonioni, Fassbinder, Rossellini o Truffaut.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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