Mientras buena parte del fandom de Terry Moore en España espera con ganas la publicación del nuevo recopilatorio de su serie Strangers in Paradise, Norma Editorial busca hacer más llevadera la espera con el lanzamiento de Ever: La salida, una pequeña historia de 72 páginas en la que el autor estadounidense propone una retorcida revisión de uno de los principales mitos del cristianismo.

«Vete a la mierda Timothy, ¡me voy a casa!»

La sinopsis que proporciona la propia editorial en su web (y en la contraportada del tomo) es bastante explícita en cuanto al contenido de la obra: «Ever es una joven que conoce a Timothy, un ángel encantador, que le revela que al cumplir los 18 hará realidad una antigua profecía. Con todo lujo de detalles, Timothy le contará a Ever lo que ocurrió realmente en el jardín del Edén y por qué es responsabilidad de Ever arreglar lo sucedido a los ángeles caídos«.

De esta manera, aunque Ever: La salida arranca con un tono cercano al terror y el suspense (con la protagonista huyendo ante la posibilidad de estar siendo seguida y acosada por desconocido), pronto revela sus cartas, mutando en un relato de corte fantástico y teológico en el que Ever (y nosotros con ella) debe decidir si creer a Timothy o no.

Debido a la corta extensión de la historia, Moore no tiene tiempo (ni espacio) para recrearse en el desarrollo ni de escenarios ni de personajes; así, la mezcolanza de géneros y tonos no resulta lo orgánica que debería quedando el citado terror en este caso más como un recurso para provocar tensión, que para generar atmósfera (que sería lo esperable dado). Lo mismo puede decirse de la exposición de la trama teológica. La narración de Timothy sobre el Edén y la importancia que tiene Ever para los ángeles está narrada con excesivas prisas, cuando lo que nos pide la historia es cierta pausa para posar la cascada de revelaciones y para que la protagonista pueda procesar y reaccionar a las mismas de forma convincente. Pero las intenciones de Moore parecen ir por otro lado, apostándolo todo a la suspensión de incredulidad tanto de su personaje como de los lectores.

Ever nos muestra a un Terry Moore menor, ciertamente ansioso. Un Terry Moore que dio con una interesante idea, pero que no tenía ganas (o tiempo) de explorar en profundidad; «vomitando» en forma de relato corto como quien apunta a toda prisa un sueño antes de olvidarlo por completo.