Me imagino a Peter Milligan con una melena cual heavy dando botes delante de su ordenador como si estuviera en un concierto. Macarrismo a tope. Eso es lo que transmite la lectura de Britannia, obra autoconclusiva editada por Valiant que en España publica Medusa Cómics. El autor británico, en estrecha colaboración con Juan José Ryp, plantea un péplum de tintes fantásticos en el que un investigador romano es enviado a tierras británicas para resolver un misterio que gira en torno a las legiones del imperio destacadas allí.

El entorno que ofrece la Edad Antigua, con todo el misticismo que la envuelve, resulta siempre de lo más atractivo. Solo hay que ojear cualquier tebeo de Wonder Woman para darse cuenta de ello. Pero este contexto histórico da para mucho más, se muestra muy agradecido para historias de todo tipo: relatos de supervivencia como Centurión, la ciencia ficción de Pax Romana, aventuras históricas como Ágora o Las puertas de fuego… No hay muchos marcos temporales en los que, como ocurre con la Antigüedad, se peudan relatar aventuras desde un tono realista o uno mitológico (incluso fusionarlos) y que al espectador/lector de turno le resulte igual de verosímil.

Este es un aspecto al que Milligan sabe sacarle provecho en Britannia, poniendo al frente de su relato a un protagonista extremadamente racional, dispuesto a poner en duda todo cuanto ven sus ojos. Este choque entre razón y fe, entre hechos y creencias, es la clave principal por la que se mueve el relato. Bueno, en este y en todos aquellos en los que el escéptico se enfrenta a las fuerzas del mal. El guionista se conoce al dedillo los esquemas de este tipo de aventuras y sabe sacarles todo el partido. Lo importante en este caso es la fidelidad del personaje a sus propias convicciones. Aún cuando lo fantástico lo envuelve todo, él no se deja avasallar. Milligan cuida a sus personajes, estén basados en arquetipos o no, son muy consistentes, no van siendo moldeados según los interesese de la hsitoria en cuestión. De esta forma, resultan muy característicos e independientes. Es así como cobran vida.

La historia arranca de forma bastante mundana, con el encargo de resolver un misterio, pero este poco a poco va revelando su cariz demoniaco y terrorífico. Y aquí Juan José Ryp (que hace tándem con Raúl Allén) se luce como pocos. Quienes hayáis tenido la oportunidad, por ejemplo, de disfrutar de su trabajo en Nancy in Hell ya sabéis lo que esperar de Britannia en el apartado gráfico, sin remilgos a la hora de retratar la violencia y con originales y mounstrosas creaciones. Milligan es consciente del dibujante que le acompaña y ya desde el guion le da mucho espacio para que explote sus virtudes. Un dibujo que Jordie Bellaire potencia de manera fabulosa con los colores, jugando con diferentes tonalidades y variedades cromáticas según el marco temporal y espacial en el que se sitúan las diferentes secuencias.

Página a lápiz de Britannia, por Juan José Ryp.

Britannia juega muy bien sus cartsa y se presenta como un relato de aventuras frenético. Marca muy bien los tiempos, dilatando la narración en las secuencias más sosegadas y en las que tienen lugar las pertinentes explicaciones o revelaciones, y aumentando el ritmo cuando la acción toma el protagonismo. Britannia es todo un blockbuster accesible a todos los públicos. ¿No habéis leído nada de Valiant? No hay problema, no existe conexión alguna con el resto del universo Valiant (y si la hay agradecería que alguien nos la indicase, porque yo no la he encontrado).