«El pecado puede ser hermoso«
Dos números de Lobezno en un mes, es lo que tiene que Motorista Fantasma / Lobezno: Armas de Venganza se haya ido extendiendo y haya hecho quela colección mensual del mutante de garras de adamántium quede un tanto descolgada de todo el resto de series mutantes. Porque por más referencias forzadas que nos haya colado Benjamin Percy, lo cierto es que esta miniserie tiene de Caída de X lo que yo de monje tibetano. Y que conste que no me ha desagradado (ya volveremos a ‘disfrutar’ de Inferbezno en el futuro, que el diseño ha molado en las oficinas de la Casa de las Ideas), pero dadas las circunstancias, me ha parecido que este crossover ha sido un auténtico cortarrollos que nos ha alejado de los problemas de verdad que afronta actualmente el ex-integrante de X-Force.
Porque seamos realistas, todo el tema del niño-demonio este era terreno exclusivo del Motorista Fantasma, no de Lobezno. Y éste se une a la búsqueda más por una especie de juerga nostálgica que porque de verdad le interese el arte dedicado a Mefisto. La aventura ha transcurrido sin pena ni gloria, pero esperemos que haya sido lo suficientemente entretenida como para llamar a algunos nuevos lectores para la otra serie de Banjamin, la del Motorista Fantasma propiamente dicho (que está siendo la leche). En cuanto a lo que aquí leemos… poca cosa que salvar salvo los diseños y porque Johnny vuelve a la carretera. Olvidable y me quedo corto.
«Por equivocado que esté, quiere ayudar a la gente en vez de hacer daño«
Mejor pinta tiene Lobezno #39 (#145): Caída de X. Tras la batalla contra Bestia, tres clones de nuestro protagonista escaparon y ahora le toca a Logan cazarlos y hacerse con ellos un abrigo nuevo. De este número me sorprende muchísimo la facilidad con la que Lobezno (recordemos, uno de los mutante más perseguidos del momento) viaja de una punta a otra del globo. Que, a ver, tener un amigo den la CIA debe ayudar bastante en eso de encontrar billetes baratos para pasar un fin de semana en las Azores, pero cuando a uno lo buscan hasta el extremo de amenazar con matar a diez humanos si te encuentran en el planeta, pues… Y no es que Logan sea de los que se han ido poniendo careta en los últimos años.
Sea como fuere, el número nos da otra oportunidad para repasar el pasado tradicional del mutante a la vez que viajamos por momentos mucho más recientes (me parece que Solem ha venido a la editorial para quedarse) y aprovechamos para juntar al canadiense con una de las estrellas del momento (cualquiera lo diría tras la malograda etapa de Donny Cates) dentro de las páginas de los cómics que edita Panini en España: El Increíble Hulk. Percy tiene el buen gusto de retratar a Bruce Banner tal y como lo está pintando Nic Klein en la serie de Phillip Kennedy Johnson, aunque no me queda nada claro por qué acepta éste viajar con Logan a Japón y Madripur cuando está en su serie vagando por la América profunda como un hombre sin hogar ni el suficiente autocontrol para comer en un restaurante, cuanto menos para viajar en avión al otro extremo del Océano Pacífico.
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