Araña Escarlata #2: La dualidad del clon

Araña Escarlata
Segundo tomo de las aventuras de Kaine Parker, el clon de nuestro querido trepamuros disponible en 100% Marvel.

Araña EscarlataObra de Edgar Delgado, la portada del tomo (correspondiente a Scarlet Spider vol. 2 #16 USA incluido en el mismo) es idéntica a la que dio el pistoletazo de salida a Spiderman Superior (también de Delgado). Pero lejos de ser un simple homenaje a la serie madre, la ilustración es un fiel reflejo de lo que nos aguarda en estas páginas. Kaine Parker se «libera» de Peter y abraza el lado oscuro arácnido (un hecho que, a decir verdad, tampoco resulta novedoso ya que es el camino que están siguiendo el resto de series del universo Spiderman), al tiempo que se asientan los cimientos de su nueva vida como superhéroe.

Así, Chris Yost sigue explorando los demonios internos del personaje. El camino del héroe que emprende la Araña Escarlata es tortuoso y autodestructivo, lo que lleva a la colección por derroteros muy oscuros que, junto con las temáticas que aborda (como la prostitución y la inmigración) o la violencia que se desprende de algunas secuencias (sirva de ejemplo su pelea con los hermanos Lobo), dan que pensar acerca de lo que habría sido de esta en el sello MAX. Araña Escarlata está en el límite de lo que puede ofrecer la línea Marvel convencional. El guionista lleva a Kaine por un doloroso proceso de renacimiento que cristaliza en el citado Scarlet Spider #16, cuando acepta su dualidad héroe / monstruo y se abre, por fin, a una familia que no lo juzga por su pasado, sino que ve más allá de la araña y lo valora por sus actos presentes. Se establece así un interesante equilibrio entre la visión de sí mismo que tiene el protagonista y la visión externa que recibe de sus amigos y aliados que permite a Yost profundizar mucho en un personaje que guarda muchos puntos en común con otro famoso clon, el kriptoniano Conner Kent.

Ambos fueron creados con fines perversos y ambos decidieron luchar contra su naturaleza abrazando el manto del héroe al que le «debían» la vida. Haciendo propio el discurso de sus modelos encontraron el valor y la fortaleza para iniciar su propio rumbo. Y mientras que Superboy nunca termina de dejar atrás la sombra de Superman, Kaine Parker ha marcado muy pronto su territorio como buen depredador. Más instintivo y visceral, tiene más en común con personajes como Lobezno (invitado de excepción en este volumen) o Punisher, que con el vecino favorito de Nueva York. La Araña Escarlata se mueve en una escala de grises en la que el fin sí puede justificar los medios. Pero entre tanta desesperación y tormenta emocional que asola a Kaine, el humor hace un importante acto de presencia, gracias en gran medida a los divertidos secundarios que le acompañan en sus aventuras y que normalizan temas como el matrimonio gay y la inmigración en un estado, Texas, conocido por sus deleznables políticas en ambos campos.

Este segundo volumen, que enlaza directamente con Matanza Mínima (así, por orden del lectura, este sería el «tercer» tomo) bebe de sagas como El Otro (otra genial y polémica aportación de Straczynski al imaginario arácnido que exploraba el lado animal de Spider-Man) y sigue desarrollando algunas de las tramas que arrancaron en el anterior libro, alumbrando un poquito el misterio que envuelve a Aracely y que promete ser el foco de atención del que será tercer y último volumen de la colección, aunque antes hará parada en Spiderman Superior para verse las caras con el trepamuros en Spiderman Superior #88 (pero no nos adelantemos).

Araña Escarlata

Araña Escarlata es una de las opciones más interesantes para adentrarse en el cómic de superhéroes. Una serie que por su condición de «menor» dentro de la editorial, dispone de la libertad para hacer prácticamente lo que quiera (tal como hiciera DeConnick con su Capitana Marvel). La Araña Escarlata no está atada ni a Vengadores ni a mutantes ni a nadie, y eso se nota en cada página. Una lectura fresca y adictiva a la que no siempre acompaña el dibujo por la enorme variedad de trazos (siete dibujantes para nueve capítulos), pero que deja un estupendo sabor de boca en el lector.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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