«Ya he visto suficiente. Me largo«
Allá por los noventa la sana tradición de los mutantes por renovarse cada ciertos años y buscar sangre nueva entre los nuevos reclutas (que ya en el pasado nos había traído a personajazos como Kitty Pryde) dio lugar a una serie que se quedaría anclada en nuestra memoria a través de un título que hacía referencia a toda esa chavalada que había nacido desde finales de los 60 hasta comienzos de los 80: la Generación X. También tenía culpa de su éxito un plantel de mutantes nuevos y no tan nuevos que funcionaría con una química excelente hasta que las ideas comenzaron a escasear y la serie contempló su propio final en 2001.
Ahora, recogiendo el testigo de esa colección y de la excelente Lobezno y la Patrulla-X de Jason Aaron (que ahora Panini está recopilando en sus Marvel Deluxe), Christina Strain (Runaways) recupera la mítica cabecera y vuelve a juntar a algunos de sus integrantes originales junto a una nueva generación de mutantes que busca encajar en un mundo en el que nadie les acepta. Júbilo, la mutante vampirizada y reciente madre, se sitúa como nexo entre la antigua y la nueva cantera de héroes, como máximo exponente de la socialmente inadaptada que logró encontrar su lugar entre los suyos y a su alrededor Strain coloca a un puñado de chavales que han ido llegando al instituto a lo largo de los últimos seis años y que aún esperaban su momento parea brillar.
«Creo que no va a gustarme hacia donde va esto«
Entre todos estos chavales nos encontramos con dos que ya tienen unos añitos. Por un lado está Quentin Quire, la eterna promesa, el niño prodigio y el chaval problemático con los poderes de un semidiós. Creado por Grant Morrison y Frank Quitely en 2002, ha sido siempre un grano en el culo hasta que Aaron apostó firmemente por él en la serie que mencioné unos párrafos más arriba. En ella Quire comenzaba a dar muestras de cambio y de querer asumir una responsabilidad mayor. De hecho, en uno de sus últimos números antes de que Los Vengadores contra la Patrulla-X viniera a ponerlo todo patas arriba, el propio Charles Xavier lo señalaba como su probable sucesor. Más tarde, la llegada de Jason Latour y la desaparición de la cabecera hicieron que el personaje pasara de nuevo al olvido. Ahora vuelve a tener una oportunidad de hacerse un hueco entre los mayores.
Junto a él, la guionista rescata a Bling, de Peter Milligan y Salvador Larroca, una estudiante abiertamente bisexual creada en 2005 y cuyo aterrizaje en la presente década no se ha producido hasta el presente cómic. Se trata, pues, de una apuesta muy personal de Strain que, sin embargo, muy pronto se revela como una adición muy interesante para el grupo y con un objetivo meridianamente claro. Luego, si avanzamos unos años de publicación, llegamos al Chico Ojo y aquí sí que me ha sorprendido la guionista de verdad. Porque de la etapa de Jason Aaron había muchas adiciones interesantes (mi querido Nydo, por ejemplo, que vuelve en esta colección a modo de cameo), y la inclusión de este tímido y acosado chaval habla muy bien de la autora, porque define a las claras su concepto de inadaptados y es una auténtica declaración de intenciones acerca de cómo va a tratar a sus personajes.
«¿Me creerías si te dijera que no?«
Vamos hacia un territorio aún más rebuscado, pero genial, con la inclusión de la Chica Naturaleza (no, Marvel no está muy fina últimamente con los motes) de Latour y nos encontramos con otra adición genial al encontrarnos de nuevo con el divertido Benjamin Deeds de Brian Michael Bendis y su Imposible Patrulla-X. Este chaval, metamórfico y con un cierto toque de poderes psíquicos para camelarse a la gente, pero con un enorme corazón, fue protagonista de una de mis grapas favoritas de la etapa del ahora nuevo guionista de la Distinguida Competencia. Cierra el grupo, como no podía ser de otra forma, un personaje de nuevo cuño que bebe de recientes creaciones televisivas y que sirve de pegamento para este inverosímil grupo.
Poco más que una presentación de personajes vemos en este primer volumen que publica Panini en España. Me quedo con un estilo fresco y divertido y una buena química entre personajes, me sobra más el dibujo inicial de Amilcar Pinna, de un estilo muy propio que no termina de funcionar y que termina por desaparecer a partir del cuarto capítulo. Por lo demás, Generación-X es una muy buena apuesta para Marvel Legacy y tiene el estupendo detalle de volver al lugar donde todo comenzó y donde siguen habitando muchos personajes que dábamos por perdidos: el Instituto Jean Grey de Enseñanza Superior.
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