«… y luego pondremos en el contrato lo que quiera el sindicato«

 

Ha tenido que pasar casi medio año, pero por fin está aquí la nueva etapa de Iron Man, ahora en formato tres en uno y con una cadencia… ¡cuatrimestral! Sabíamos que Panini iba a abandonar el formato grapa con esta colección (hay que hacer hueco en las librerías al catálogo de DC), pero sorprende que un personaje tan potente como el de Tony Stark pase a ocupar un segundo plano tan claro en el apartado de las novedades mensuales de la Casa de las Ideas en España, sobre todo después de la excelente etapa de Gerry Duggan (que, por cierto, mantiene al personaje en sus Vengadores Costa Oeste que empieza este mismo mes de mayo). Quizás haga falta prestar algo de atención a los detalles que acompañan a este lanzamiento.

 

El elegido para llevar esta etapa a buen puerto vuelve a ser un desconocido en el mundo del cómic (se ve que en esta cabecera se van alternando, con el paso de Dan Slott a Christopher Cantwell, de éste a Duggan…), pero no lo es en el mundo de la prensa norteamericana ya que en 2014 se alzó con nada menos que un Premio Pulitzer por su cobertura en torno a las empresas dedicadas al espionaje y en 2021 su obra Reign of Terror: How the 9/11 Era Destabilized America and Produced Trump fue nombrada como Mejor Libro de No-Ficción por medios como The New York Times o The Washington Post. Con este bagaje el periodista Spencer Ackerman desembarca en esta colección con muy poca experiencia en el mundo del cómic, pero con muchas ganas de escribir algo aterradoramente real que lleve a Tony Stark al límite, más allá de su armadura y mucho más cerca de la clase de empresas a las que el guionista ha dedicado tanto estudio.

 

«Recuerdo esta sensación de cuando bebía«

 

Este primer volumen es toda una declaración de intenciones. Tras la adquisición de Stark Ilimitado por parte de Feilong y su incorporación a los planes de Orchis, Tony ha recuperado una compañía que, sin embargo, sigue teniendo la estructura directiva con la que se rodeó el magnate de origen asiático. Así pues, esta Guerra Stark-Roxxon se libra mucho más en los despachos y mucho menos en las calles o en los cielos de los Estados Unidos. Esta apuesta centra mucho más el tiro en el personaje de Tony, pero corre el riesgo de no enganchar a los lectores habituales por su estilo mucho más complejo, enrevesado, serio y tenebrosamente cercano al funcionamiento real de las empresas involucradas en el negocio de la guerra. Y quizás este sea el principal motivo de la editorial española para curarse un poco en salud y sacar a Tony de la bandeja de novedades en grapa, máxime cuando los primeros números se comieron en Norteamérica unas buenas dosis de odio injustificado.

 

 

Personalmente tengo sentimientos encontrados con este cómic. Tanto las intenciones del autor como su bagaje me llevan a querer leer mucho más de lo que hemos visto en este primer librillo, pero sí que es cierto que este primer arco (seguramente comprimido por la inminente llegada de Victor von Muerte y su reinado) se me ha antojado muy corto y que su resolución me ha parecido facilona en exceso. Habría molado ver a Tony peleando un pco más por su empresa, pero entiendo que la cosa no termina aquí y que tenemos líos con Stark Ilimitado para rato. Veremos como se presenta su segundo volumen… en el lejano mes de agosto.