«¡A lo mejor viene alguien a rescatarnos!«
Cuidado, que vienen curvas. Nos encontramos en este Veneno #26 (#74) con el final de la breve aventura de Viuda Negra como nueva incorporación a la familia simbionte (con un diseño gráfico que la verdad es que está muy bien) y regresamos a la historia principal de Al Ewing… Pero lo haremos sólo durante un par de meses más, puesto que en julio (dentro de la estrategia de Panini Back to Basics para tratar de recuperar a los lectores a los que el incremento en los precios les haya echado para atrás) Veneno pasa a ser una serie trimestral en pequeños tomos y, para celebrarlo, nos encontraremos con el cruce de la misma con la nueva cabecera de Matanza (que también escribirá Torunn Grønbekk, como ha pasado con esta historia que ahora acaba). ¿Se beneficiará Veneno de este nuevo formato (con rebaja en su primer número)? ¿O se verá esta serie lastrada por su paso a trimestral? Aún es pronto para saberlo, así que mejor centrémonos en lo que tenemos entre las manos.
La gracia de esta aventura era ver a Natasha Romanov luciendo los poderes y habilidades de los simbiontes, pero adaptados a su propia manera de combatir. Sin embargo, en este último número nos encontramos con que la presencia de la asesina se convierte en algo más bien testimonial (de hecho la vemos si simbionte durante más páginas que con él a flor de piel) en favor de un protagonismo exclusivo de ‘los de siempre’, es decir, Dylan Brock, Durmiente y, por necesidades de la trama, Toxina. A Natasha ya la volveremos a ver más adelante y su carta de presentación hemos de buscarla en los números anteriores a éste. Tampoco podía, como ya dijimos con la última entrega, hacer nada deslumbrante, ya que el objetivo de todo esto ha sido dejar descansar al bueno de Al Ewing mientras trata de imaginar un buen cierre para la actual etapa del Protector Letal.
«Fue el mejor día de su corta vida«
Además, la trama en torno a Alchemax no ha estado nada mal y nos deja con el buen-mal sabor de boca de saber que siempre hay alguien peor que una malvada corporación que envenena a civiles. Y siempre hay quien decide tomarse la justicia por su mano. Veneno nos mete en estas enrevesadas cuestiones morales al tiempo que sigue adicionando aliados para el bando de Dylan en la batalla que está por venir y que un servidor aún no alcanza a prever.
Y… poco más. Lo cierto es que esta aventura, que se ha terminado convirtiendo en un dramón, no ha dado para mucho y la ausencia final de Viuda Negra no es sólo porque su parte ya haya sido contada, sino porque alguien nos debía recordar quién es el verdadero protagonista de este cómic. Al menos cuando de la Tierra nos estamos ocupando. El mes que viene, si nada se tuerce, volveremos con Eddie Brock, Meridius y la batalla infinita en la que ambos se han enfrascado.
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