«Porque esta guerra no es por un cinturón. Es por algo mucho más importante«

 

Al fin llegamos donde lleva queriendo dirigirse Al Ewing desde los comienzos de su etapa al frente del Protector Letal. Tras muchas idas y venidas entre el presente, el futuro e, incluso, el período Jurásico, el guionista (ya sin la colaboración de Ram V) pone a los Brock frente a frente, cada uno armado con las razones que les han ido dando los acontecimientos de estos años para patearle la cara al otro. Con todo el cariño del mundo, eso sí. Y, como en todas estas historias marvelitas en las que dos héroes se tratan de partir la cara autoconvencidos de que lo que están haciendo salvará al mundo del quincuagésimo cuarto apocalipsis, de fondo la verdadera amenaza (que sigue siendo el cansino de Meridius) sigue moviendo fichas para que este combate sirva a sus planes de trascendencia y dominación.

 

Eddie vuelve al presente acompañado de todas sus versiones (sin cuerpo) del Rey de Negro mientras que su hijo Dylan hace acto de presencia con quienes han sido sus amigos y aliados durante la larga huida que ha caracterizado a sus temporadas bajo la batuta de Ewing (léase Durmiente, Toxina, Duende Rojo, Flexo…), por el momento no sabemos cuánto va a durar este intercambio de lindezas (ni siquiera si vana llegar a las manos en algún más allá de lo que llevan todo este tiempo anunciando), pero ya este primer cómic (de cinco que va a publicar Panini) nos deja ya con un cameo que es puro ‘fan service‘ y que comienza a darnos una idea de la magnitud y el alcance que piensa la Casa de las Ideas darle a la historia.

 

«Dices que has vuelto, que has terminado con tu crisis de los cuarenta, como si no fueras a abandonarme otra vez por tus mierdas«

 

Sin embargo pasa una cosa. Y es que en algún momento de este largo periplo la serie dejó de hacer ese necesario ‘click’ en mis entrañas y hace ya mucho que no está ni entre las cuatro primeras que leo cada mes. Puede que fuera con aquel innecesario cruce con Matanza o puede que la tontería esa de Red Oscura (en la que Veneno pintaba más bien poco) terminaran por sacarme de la serie, pero lo cierto es que este primer número de Guerra de Veneno no me ha conquistado ni mucho ni poco. Eddie parece fuera de sí y Dylan parece sumido en una rabieta infinita, como si ninguno de los dos hubiera aprendido nada durante todo el tiempo que han estado buscándose mutuamente. Da un poquito de pereza.

 

 

Pero bueno, vamos a tener guerra, según apuntan desde Panini, hasta mayo y por el camino puede pasar de todo e, incluso, cosas buenas. Entre tanto la cabecera principal del simbionte pasará a trimestral y volverá a contar con los guiones de la suplente infinita Torunn Grønbekk y tendremos unas cuantas series satélite más cubriendo los huecos del conflicto entre los Brock. Tengamos esperanza en que Ewing tenga pensadas grandes cosas para esta aventura simbiótica porque, si no me equivoco, el nuevo Veneno saldrá de este evento y seguirás contando con los guiones del actual escritor de las aventuras del Inmortal Thor.