«Dicho como la marioneta que mi creador quiso que yo fuera«

Iba a titular a esta reseña ‘más cal y más arena’, pero eso daba por supuesto que habríais leído la del mes anterior, a lo que no estáis obligados (aunque se agradece), y vendría a contarnos que este cómic no es más que una prolongación del anterior que puso Panini a la venta. Y tampoco es así… del todo. La cosa es que la trama de Jed MacKay se va aclarando y ya tenemos los bandos, el villano en las sombras para cada uno de ellos y la manera en que chocan y el porqué de este choque. Así, el conflicto con Pesadilla se convierte, como no podía ser de otra forma, en una anécdota para entretenernos durante el mes pasado para que en éste comiencen las yoyas de verdad. Con todo, nos queda la promesa de regresar en un futuro sobre este personaje (yo lo dejaba ya, que últimamente va de humillación en humillación y la de ahora es la peor de todas ellas, al considerarlo poco más que un obstáculo) vete a saber si aquí o en las páginas del Thor de Al Ewing.

Me viene al pelo hablar de este guionista, porque sus Avengers Inc. ya está cancelada en Estados Unidos tras unos míseros (y muy poco exitosos) cinco números. Hablan desde Panini de que no se le ha dado al guionista la oportunidad de contar su historia a su ritmo, para que la sorpresa que nos llevamos hoy apareciera algo más adelante en el tiempo. Pero lo cierto es que yo mismo he sido de los que estaban desfrutando de un número para rascarme la cabeza al siguiente sin terminar de entender los altibajos de esta serie. Ahora, con la bomba argumental lanzada y un único número más por leer, me quedo con la triste sensación de que tampoco es que me interesara tanto lo que pretendía contarnos el bueno del guionista de la mejor etapa de Hulk de todos los tiempos.

«Y, de repente, sentí que se me encogía el corazón. Mi instinto visceral me hizo recordar«

Así que una vez más nos encontramos con un poco de bien y un poco de mal en una grapa que ya cuesta cinco lereles y medio. Creo que en el pasado Avengers Inc. se habría comercializado en tomo de tapa blanda, habría vendido discretamente (quizás un poquito más por el apellido del autor) y a otra cosa mariposa. Encontrarnos esta serie como aderezo para engordar una grapa duele, sobre todo cuando queda claro que su relevancia va a ser poco más que ínfima. No deja de ser el reclamo perfecto para que el Back to Basics de la editorial llegue en el momento perfecto.

Los Vengadores #7 (#161)

En fin, Avengers Inc. podría haber llegado a funcionar. Tenía (tiene) un espíritu y unos mimbres cercanos a los de Jessica Jones, pero con el tono menos turbio y más cercano al lector, tal y como suele escribir Ewing (que, por cierto, le toma prestado a MacKay su Caballero Luna). El problema, más allá de las decisiones editoriales, es que da la impresión de que el propio autor (que no para) ha debido considerar la cabecera como algo menor y no ha puesto en ella demasiadas ganas o ilusión. Sólo así me explico sus repentinos bajones en el ritmo, que por poco no me han echado de esta serie y que, a la postre, han terminado significando su cancelación.