«Jamás he disfrutado de pesadillas como las que hay en sus cabecitas«

La serie que escribe Gerry Duggan transita desde su comienzo por una camino muy extraño que bordea la intrascendencia con un trasfondo, sin embargo, que invita a pensar en futuras amenazas con la capacidad de destruir todo lo que han construido los mutantes en Krakoa en cuestión de segundos. En cuatro números que llevamos de la Patrulla-X los llamados héroes de Krakoa han lidiado con una gigantesca amenaza espacial, una invasión de insectos, la amenaza velada del Alto Evolucionador y, ahora, con Pesadilla, el villano vagamente basado en cierto personaje de Vertigo que suele enfrentarse contra el Doctor Extraño (aunque ahora éste no pueda hacerle frente al estar criando malvas en su propia cabecera). Villanos y amenazas de enjundia, sí, pero que protagonizan peleas un tanto banales (Jean Grey se basta y se sobra para fregar el suelo con este poderoso enemigo) mientras que la verdadera acción de esta cabecera sucede como ruido de fondo.

Una cucharada de acción y otra de costumbrismo, ya lo dijimos. La Casa de las Ideas publicó este cómic justo antes de Halloween, para que los lectores tuvieran en sus librerías una portada tan sugerente como la que precede a estas líneas (cortesía de Pepe Laraz y Marte Gracia, que abandonan temporalmente los interiores de esta serie en favor del también español Javier Pina) y para que  leyéramos un relato de noche de brujas que no podía ser más costumbrista (¡una noche de Halloween en Nueva York!) a la par que el escenario perfecto para que se cristalicen algunas de las más recurrentes pesadillas de los personajes que habitan la nueva base de la Patrulla-X (por favor, dejad de hacer sufrir a X-23 y Sincro, dadles un momento de felicidad a estos dos).

«Me alegra saber que alguien más tiene mi horario«

Pero. como decía, lo importante ocurre en segundo plano. Porque en la misma noche en que Jean Grey y Pesadilla se enfrentan por los sueños y el descanso de los neoyorkinos un periodista sigue haciendo su trabajo, aunque éste saque a la luz el secreto mejor guardado de los hombres y mujeres X. Y también en la misma noche (aunque en el espacio siempre sea de noche) un multimillonario con mucha ira acumulada y un ardiente deseo de revancha viaja a las estrellas para tratar de trascender de su condición humana y poder así mirar a mutantes y humanos con la soberbia que ha tenido que guardar en el ropero durante los últimos meses. Ambos, el periodista y el perturbado, van a protagonizar las futuras pesadillas de más de un homo superior, pero por el momento se contentan con rellenar un par de páginas en un cómic que apenas nos cuenta nada más relevante.

Patrulla-X #4 (#123): Reinado de X

Parece ser que en la quinta entrega de esta colección tendremos, por fin, alguna revelación de calado y algún enfrentamiento que no se salde con una firma de autógrafos y una barbacoa. Pronto, seguramente, echaremos de menos estos momentos de relativa calma que Marvel (y Panini en nuestro país) ha hecho coincidir con los primeros compases de Inferno, pero por el momento tenemos una entrega que bien puede interpretarse como una canción de cuna, con un enemigo que apenas interesa, una batalla que ni tan siquiera llega a producirse y unas vagas promesas que se disipan tan pronto como sale el sol sobre la ciudad de los rascacielos.