De Tierra-1610 a Tierra-6160. De Ocarina of Time o Skyward Sword a Breath of the Wild y Tears of the Kingdom. Jonathan Hickman (junto al solicito Bryan Hitch al dibujo) se han propuesto hacer con el Universo Ultimate lo mismo que Nintendo hizo con su díptico de The Legend of Zelda en Nintendo Switch: plantear un mundo nuevo en el que el pasado es y no es al mismo tiempo.

«Me dijiste que no viniera armado«

La huella de los Mark Millar y Brian Michael Bendis (o la de los propios Hickman y Hitch) está presente, inapelable. Tanto en el entorno, como los personajes, tono, incluso diseños… pero al mismo tiempo todo es nuevo. El «pasado» lo es tanto como lo son las leyendas, pueden haber sucedido o ser solo mitos, pero su impronta es definitiva.

Se confirma, pues, lo anunciado en el anterior número: esto no es un retorno al Universo Ultimate que conocimos hace 20 años, sino otra cosa. La constante que se repite en ambos es El Hacedor, quien libre de las injerencias de nuestro Reed Richards y el resto de héroes de Tierra Primordial (o Tierra-616) tiene manga ancha para llevar a cabo sus megalómanos planes.

Las cuatro entregas que va a durar el evento igual se pueden antojar escasas y condicionan el desarrollo aparentemente acelerado de los acontecimientos. Hay tanta información en lo que se cuenta, como en lo que no se cuenta. La sensación de que Hickman no nos cuenta todo lo que sabe está siempre presente. Pero ahí está gran parte de la gracia. Tenemos a un guionista y un protagonista que van diez pasos por delante del resto y nos sorprendemos o emocionamos cuándo y cómo ellos quieren.

De igual manera, la segunda parte de la miniserie tiene visos de ir todavía un paso más allá y de emplazarnos a reeler este y el anterior número. Tenedlos a mano porque seguramente os hagan falta.