«¿Crees que éramos tus bebecitos perfectos?«

 

Me está volviendo loco lo que está haciendo Peach Momoko con los X-Men del universo Ultimate. La autora se ha llevado el relato a Japón (¿por qué no? ¿No se supone que hay mutantes por todo el mundo?) y lo ha puesto en manos de unos críos que están descubriendo sus poderes al mismo tiempo que se descubren a sí mismos y a la vez, también, que los mutantes comienzan a ser descubiertos por la sociedad… y no de la mejor de las maneras posibles. Los signos de experimentación, la desaparición de gente, el descubrimiento de una maleta con restos humanos, la secta de los Hijos del Átomo… Todo esto, unido a las misteriosas muertes de sus compañeros de clase, ponen a Hisako y a sus amigas en el centro de un peligroso tornado mediático.

 

Y nuestra protagonista, a todo esto, se niega a esconderse y pretende esclarecer todo lo que ha venido ocurriendo desde el principio de la serie. Me gusta. Me encanta que tanto ella como Mei sean fuerzas de la naturaleza muy complicadas de detener. Que se vayan dando trompazos con la vida y que, pese a todo, sigan tratando de levantarse y entender qué demonios está ocurriendo y, más importante, por qué. Son heroínas a las que da gusto apoyar, son líderes natas y resulta fácil comprender cómo cada vez se les va uniendo más y más gente.

 

«Nuestra nueva era empieza ahora«

 

Lo que me parece aún más guay es que frente a ellas, de momento (que ya veremos cómo se desarrolla una historia que ya ha sabido tender puentes a otras colecciones del Universo Ultimate), tenemos a otro chaval. Pero no a cualquier chico, sino a Shinobu Kageyama, un Rey Sombra que da un cague atroz y que proporciona al relato de Momoko de un equilibrio entre lo teen y lo terrorífico muy interesante (y sí, yo también he pensado en Stranger Things). Me parece muy chula la capacidad que tiene el dibujo (y el guión) de esta artista nipona para balancearse entre estos dos mundos y es lo que realmente le proporciona a Ultimate X-Men de un alma única y diferenciativa de todo lo demás que la Casa de las Ideas está publicando bajo el sello de este universo paralelo al convencional.

 

 

Con todo, si analizamos la historia sólo por sus puntos básicos, nos encontramos con la narrativa clásica del manga aplicada a personajes y situaciones que vienen del cómic norteamericano. Y esto, lejos de ser negativo, sirve para enriquecer a una gran editorial como puede serlo la casa de los Cuatro Fantásticos o del Capitán América. Sólo me pesa que el ritmo de publicación de Panini, aunque nos deja unos tomos de muy cómoda lectura, nos evita seguir la historia tal y como ha sido concebida. Y uno siempre pierde cosas con eta clase de sacrificios, por más que hagan que la colección sea más accesible para un público más amplio.