Panini Cómics se ha quedado a gusto con la edición española de Demon Days, el homenaje de Peach Momoko a la tradición japonesa en clave marvelita… o su homenaje a Marvel en clave japonesa. Un tomo en tapa dura, de gran formato, que incluye no solo la miniserie original de cinco números (Demon Days: X-Men, Mariko, Cursed Web, Rising Storm y Blood Feed), sino también una historia corta aparecida en Rey de Negro (aunque poco o nada tenía que ver con el evento), otra perteneciente a Elektra: Blanco, negro y sangre y una cuidadísima selección de extras que incluyen portadas alternativas, diseños y anotaciones sobre los principales personajes, reproducciones de páginas a lápiz o tinta y un glosario ilustrado sobre seres del folclore japonés.
«Para ser un sitio supuestamente tan peligroso, es muy hermoso«
Con todo este material Demon Days puede disfrutarse de varias formas. La primera y más evidente, como una reimaginación del universo Marvel; la segunda, como un acercamiento al trabajo de Peach Momoko (en la línea de, por ejemplo, la iniciativa FOCUS de ECC Ediciones); y también como una aproximación a los mitos y leyendas japoneses (al respecto, aprovecho para recomendaros la guía ilustrada de monstruos y fantasmas de Japón de Sekie Toriyama).
Ya solo como una obra ilustrativa del talento de Momoko, Demon Days es una lectura obligatoria, de esas que dan ganas de hojear de arriba abajo durante horas perdiéndose en sus ricas ilustraciones. Con el plus, además del carácter divulgativo acerca de la tradición nipona que le otorga el glosario «El libro de los Yokai»; pero la historia y el mundo que nos presenta también merecen mucho nuestra atención.
Mística, Thor, Spider-Gwen o Psylocke son algunos de los personajes que se dan cita en esta visión del Japón feudal en el que una joven debe recorrer un peligroso camino en busca de respuestas sobre su pasado. Momoko no se complica mucho con el esquema que sigue su historia. Esta está diseñada para ofrecerle diversas oportunidades en las que introducir versiones de los personajes que todos conocemos. Algunas son reconocibles a simple vista, ya sea por su nombre o por su indumentaria, mientras que otras pueden pasar desapercibidas para el lector menos versado.
A pesar de la aparente simpleza de la aventura -o quizás gracias a ella-, la autora consigue crear una pléyade de personajes tremendamente carismáticos. En especial su joven protagonista, Mariko Yashida, quien carga con una tragedia que, en mayor o menor medida, arrastra al resto de personajes. Momoko logra el más difícil, que no es otro que mantener siempre arriba nuestro interés en torno a los personajes y sus vivencias. Se trata de una excelente puerta de entrada a un universo de enorme potencial gracias a las sinergias entre el fantástico marvelita y las leyendas japonesas.
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