Era cuestión de tiempo que Peach Momoko pudiera dar rienda suelta a su creatividad en una serie abierta en Marvel Comics. Sigue sin ser en una de las cabeceras punteras de la editorial, pero alejada del foco mediático, la autora puede jugar con los personajes como más le plazca. Visto de esa manera, ganamos todos: Peach Momoko porque tiene la libertad de hacer y deshacer a su antojo, el público porque descubre y disfruta un cómic que escapa de los filtros editoriales y las cadenas de la continuidad, y la editorial porque puede presumir de un trabajo con alma propia en un mercado y un género excesivamente homogeneizado. Ultimate X-Men es todo lo que quieres de un cómic, pero nada de lo que esperas.

«No soy yo. Te equivocas de persona«

Con Demon Days (y Demon Wars) Momoko sorprendió con su particular simbiosis de los iconos marvelitas (y algunas de sus sagas más conocidas) y el folclore japonés, convirtiendo a sus personajes en auténticos yokais. La factoría Marvel se puso al servicio de la sensibilidad de la autora. Ahora, en el relanzamiento del universo Ultimate según Jonathan Hickman, es la guionista e ilustradora quien se pone al servicio de la editorial, pero sin renunciar por ello a su voz autoral.

Ultimate X-Men no es la Patrulla-X. No lo es en el sentido tradicional. Olvidaos de uniformes o de un grupo de superhéroes al uso combatiendo al villano de turno en épicas y peligrosas batallas. Ultimate X-Men es, sin embargo, la Patrulla-X en su más pura esencia: jóvenes que buscan encajar sin perder su identidad por el camino y que dan un paso al frente si la situación lo requiere, por más que les atenace el miedo.

Momoko sitúa a sus mutantes -adolescentes- en Japón (dando importancia a toda la idiosincrasia del país y sus gentes), siendo Hisako Ichiki (Armadura) su primera protagonista, aunque pronto Mei Igarashi, personaje que rinde tributo a la icónica Tormenta, cobra especial relevancia en el grupo que empieza a formarse en estos primeros números (el tomo publicado por Panini Cómics incluye los tres primeros capítulos de la serie). De esta manera, con el condicionante autoimpuesto de crear una alineación de personajes oriundos de Japón, la autora se propone hacer un mix entre versiones de mutantes ya conocidos con otros de nueva creación.

Toda una declaración de intenciones.