Kelly Thompson es una de las guionistas más molonas que tiene Marvel en nómina actualmente; y si no me creéis, echadle un ojo a Kate Bishop: Ojo de halcón. En las oficinas de Panini Cómics lo saben muy bien y por eso han apostado por el formato grapa (bimestral) para la publicación de la nueva serie escrita por la autora: Vengadores Costa Oeste.

Esta aventura, además de servir para recuperar y reivindicar la cabecera creada a mediados de los años ochenta por Roger Stern y Bob Hall, es también una suerte de secuela de la citada Kate Bishop: Ojo de halcón. Tanto si habíais seguido las andanzas de la joven Bishop en la soleada California, como si tomáis esta grapa como punto de entrada a su universo, estáis de enhorabuena, lo vais a pasar en grande.

En esa línea continuista con el trabajo anterior de Thompson, el equipo de Vengadores está liderado por Kate Bishop y Clint Barton, bien acompañados de Johnny Watts, secundario de aquella serie que la guionista se trae consigo, América, heroína de nueva hornada que hemos visto en cabeceras como Fuerza-V o Ultimates, así como dos improbables compañeros de aventuras: Masacre-Gwen y Quentin Quire. La guionista, pues, apuesta por un equipo sin una escala de poder desmedida que puede ir tanto en la línea de lo visto en la trayectoria reciente de Ojo de halcón, como en un tipo de aventuras más libres o disparatadas, afines a la naturaleza impredecible de alguno de los miembros de la formación y la dinámica entre ellos.

En este primer número destacan los guiños a los Vengadores Costa Oeste originales y un tono pretendidamente desenfadado, que busca la complicidad a través de referencias a la cultura popular y la comicidad de diálogos y situaciones (algo a lo que ya nos tiene acostumbrados la escritora). Thompson imprime desde el principio su personalidad al cómic, buscando su accesibilidad tanto a lectores noveles como a seguidores de los personajes protagonistas.

Quizás el problema con el que puede encontrarse Vengadores Costa Oeste sea un prematuro rechazo por determinado tipo de lectores, que piensen en esta obra como una lectura excesivamente ligera y pensada para un público juvenil. Nada más lejos de la realidad. Bajo esa capa lúdica y de aventuras, Thompson busca hablarnos de temas tan interesantes como la familia y el crecimiento personal. Kate Bishop renunció a su legado y su familia carnal y ahora, con la ayuda de Clint, se encuentra en ese proceso de reconstrucción por el que ha dado un paso al frente para aprender a liderar su propio equipo (pues va sobra de carisma y potencial para ello) y formar su propia familia, por elección, no por imposición.