«O quizá todo esto sea un sueño desconcertante que estoy teniendo después de comer demasiada ternera«

Se va acercando la Caída de X (Fall of X en Estados Unidos) y toca ir cerrando las tramas que huelan a los buenos tiempos de Krakoa de cara a que los mutantes regresen al cálido infierno en el que siempre se han sentido tan a gusto al parecer (al menos un servidor echará de menos explorar del todo lo que una nación mutante podía significar y me parece que nos quedamos cortos en cuanto a derivadas como a Los Vengadores, 4 Fantásticos…). Así, le toca el turno a Xeno, la organización que ha estado dando por saco desde los primeros días de la nueva X-Force del cada día más loco Bestia, y más concretamente el misterioso hombre con el tatuaje de pavo real que se ha movido entre bambalinas de esta organización durante todo este tiempo.

Detecto incluso algo de prisa en los guiones de Benjamin Percy para esta entrega del cómic que publica Panini. No sólo volvemos sobre la trama de Xeno, sino que, además, volvemos a la tensa relación que se ha establecido entre Dominó y Coloso… y entre éste y la nación rusa que lo controla como un agente durmiente a la espera de ser lanzado sobre los desprevenidos krakoanos. Y entre medias, también asistimos al principio del fin de este grupo como tal, con un Bestia cada vez más cabreado porque el grupo que él mimso ideó se le ha ido completamente de las manos y ya responde a Sabia antes que a él mismo.

«Sólo quiero remojarme mucho rato en una bañera y diez horas seguidas de sueño«

Percy nos está pintando un desmoronamiento en toda regla. Intuyo que lo mejor para que una Caída de X pueda darse pasa por dejar a los krakoanos sin su sistema de defensa e inteligencia. Lo cierto es que esta grapa había abierto muchas líneas argumentales y ahora va a necesitar del concurso de la cabecera de Lobezno para poder contar todo lo que tiene ideado sin que dé demasiada impresión de serie improvisada en ninguna de las dos series.

X-Force #32: Destino de X

Personalmente, creo que el villano central de esta saga no puede ser más anodino. Lo cierto es que la Casa de las Ideas le ha dado muy poco tiempo al guionista para que pusiera en orden todas sus ideas y tratase de jugar con ellas. A Percy le falta tiempo y le sobran arcos argumentales por contar, así que veremos si no deja alguno para el próximo equipo creativo tras el personaje. La presente entrega está bien, nos prepara para un nuevo y apasionante statu quo y vuelve a convertir a los mutantes en ‘temidos y perseguidos’. Pero lo hace desde la idea de dar continuidad a todo lo que está contando actualmente en las diversas colecciones del entorno mutante.