«Si regreso volveré a ser un estorbo para todo el mundo«

Cuando se analizan las trayectorias deportivas de Roger Federer y Rafael Nadal se suele decir que el suizo es pura técnica, un genio con la raqueta que juega con inteligencia y precisión, mientras tanto, Nadal es conocido por su potencia, pero también (y esto siempre me ha llamado la atención) por su fortaleza psicológica. En un año en el que Simone Biles ha pasado a la historia por poner el foco sobre la salud mental de los deportistas, sobre la presión que soportan y la cada vez más importante figura del psicólogo deportivo, por una parte, y de cuidar este aspecto de la salud en general por la otra (máxime en una época como la que estamos viviendo en la que los problemas mentales van en aumento de la mano de los confinamientos y otros factores). En un año así, digo, tiene especial relevancia el tomo que publica ahora Planeta Cómic.

En esta serie de primeras tomas de contacto que suponen los primeros tomos de Haikyû!! conocemos ahora a Asahi, el As del Karasuno. Un rematador alto y poderoso que, cuando nuestros protagonistas han llegado al equipo de los cuervos, lleva ya un mes sin asistir a los entrenamientos. ¿Por qué? Porque fue completamente anulado en un partido y, a consecuencia de ello, sufre un fuerte bloqueo mental que le impide disfrutar del deporte que ama. Haruichi Furudate soluciona esta papeleta con un argumento muy clásico de los mangas deportivos (enfrentamiento, charla motivadora e iluminación), pero incide en un aspecto clave que viene repitiéndose desde que comenzamos a leer esta colección: el voleibol es un deporte de equipo y, como tal, depende de todos sus jugadores para resultar interesante. No basta con que una estrella cargue con toda la responsabilidad si el resto de jugadores no dan la talla.

«Deja de distraerte con chorradas en medio de un partido«

Esta es la gran diferencia entre los deportes individuales y los de equipo. La presión psicológica que soporta un especialista como Nadal o Biles es muy superior a la que puede soportar un jugador como Leo Messi o Pau Gasol (sin menospreciar la que puedan soportar ellos). Por otra parte, cuando hablamos de las virtudes del Barça de Messi (ya que le he mencionado) cada vez resulta más obvio que el astro argentino pudo brillar gracias, en parte, al gran equipo que le rodeaba. Algo así pasa en este tercer tomo del manga. Antes de la llegada de Kageyama y Hinata el equipo dependía de los rechaces de Nishinoya (al que conocimos en el tomo anterior, aunque comenzamos a cogerle cariño en éste) y de los remates del antes mencionado Asahi. El nivel de presión para el As del Karasuno era tal que sólo hizo falta un mal partido para acabar con su confianza.

Haikyû!! #3

El cómic de este mes termina con una repetición de la jugada, pero con los conceptos de ‘As‘, ‘Dios Protector‘… sobre la mesa y confrontados con el de ‘Señuelo‘ que actualmente desempeña Hinata. La ambición del protagonista por ser el pilar del equipo le somete a una presión innecesaria y lo hace fallar en los momentos clave. Es por ello que la bronca final de este capítulo es tan necesaria e interesante, porque vuelve a hacer hincapié en la importancia superlativa de que, en un equipo, cada jugador sea el mejor en el papel que le ha sido encomendado.

Suelo decir que un cómic (o un manga) es tan bueno como los ratos de diversión que nos hace pasar o como las reflexiones que en nosotros provoca. Sólo llevamos tres tomos de la exitosa serie de Furudate y ya me está llevando a pensar sobre temas que van mucho más allá que el simple golpeo de la pelota al otro lado de la red. No pinta nada mal la cosa.